El pueblo de Granada con la mayor incidencia de Andalucía dispara su tasa: «Hay muchas familias afectadas»

El segundo municipio de la región con mayor tasa es Hornos, en Jaén, con una tasa de 2.300, lo que deja claro cuál es la peligrosidad de la situación. «La verdad es que estamos muy preocupados por toda la situación, llevamos autoconfinados desde principios de la semana y ahora esperamos que las restricciones sirvan para mejorar esas cifras», cuenta a IDEAL Ángeles Jiménez, alcaldesa de Santa Cruz del Comercio. El próximo martes se ha programado un cribado masivo en la localidad para intentar recuperar el control de la situación. «Inicialmente los casos eran de diferentes familias, de unas nueve o diez, y ahora esos casos están contagiando a sus núcleos cercanos», confirma Jiménez.

Un repunte de casos para el que no son capaces de encontrar una explicación clara. «Todo parecía bajo control, la gente se está portando bien, con mucha responsabilidad y esperemos que el cierre de permietral y de la actividad no esencial pueda servir para que todo mejore rápidamente». La mayoría de casos son asintomáticos o con síntomas leves, a excepción de una persona que se encuentra hospitalizada. «Lo único que esperamos es que no se haya expandido a más familias, vamos a intentar ayudar en lo máximo que podamos para salir de esta», asegura la alcaldesa.

Además de Santa Cruz del Comercio, hay otros dos municipios en Granada que permanecerán en nivel 4 de alerta. Uno de ellos es Alhama, vecinos de Santa Cruz del Comercio, que llegó a este jueves con una incidencia de 1.193,1 contagios por cada 100.000 habitantes, prácticamente la misma que hace una semana. Un total de 70 casos positivos para una población de 5.867 habitantes que les obliga a permanecer otros siete días más con cierre perimetral y sin bares. «Evidentemente estamos preocupados pero estamos siguiendo los contagios en tiempo real y los datos nos indican que habrá un descenso importante», cuenta el alcalde Jesús Ubiña.

Sobre el sistema de medir, el mandatario asegura que al llevar un ligero retraso estuvieron abiertos más tiempo del que deberían y ahora estarán cerrados una semana pese a la mejora que pronostica. «Llevamos con las alarmas encendidas desde antes del cierre del pueblo, hace dos semanas, y le hemos comunicado a la población que no se puede confiar». En cuanto a los contagios, según el alcalde la mayoría se han producido en el ámbito familiar, con hasta cuatro núcleos en los que se han infectado familias enteras.

«Creo que el número de contagios es directamente proporcional al número de pruebas que se hacen. La suerte es que hay muy poca gravedad en los infectados del municipio», asegura Ubiña. Los que más sufrirán las restricciones serán los negocios no esenciales, que permanecerán otros siete días sin abrir. «Son muchas familias en el pueblo que se van a ver afectadas, es una situación desagradable y complicada porque en total son más de 100 personas», señala el alcalde, que pide a los vecinos que «sean cautos porque nos va la vida en ello».

El tercer pueblo que permanecerá con aislamiento perimetral y cierre de actividad no esencial en la provincia es La Calahorra. Se trata del único municipio del distrito sanitario Granada Nordeste que se encuentra en nivel 4 de alerta, con un índice acumulado de 2.095,8. Llevaban dos semanas con limitación de movilidad y desde este viernes también se han visto obligados a cerrar toda la actividad no esencial. «Lo bueno que tienen los pueblos es que sabemos por donde van los tiros», cuenta el alcalde Alejandro Ramírez, que explica que todo se originó por unos positivos en el ámbito laboral que posteriormente se expandieron a las familias de los trabajadores.

«Me atrevería a decir que pese al alto índice tenemos la situación bajo control según las conversaciones con las autoridades sanitarias, creo que para la semana que viene los datos serán mucho mejores», asegura Ramírez. Un municipio, La Calahorra, fundamentalmente de paso y con varios restaurantes que se verá bastante afectado por las nuevas restricciones. «No nos queda otra que asumirlo, estamos en una guerra en la que el enemigo es invisible pero nos está atacando aunque estoy convencido de que lo vamos a superar», concluye.