Un viaje en el tiempo desde los lavaderos de Lopera
Treinta vecinos del municipio representanel día a día del pueblo hace setenta años para reivindicar a sus mujeres y a los romanceros
Cántaro y cestas de mimbre en mano, treinta vecinos de Lopera representaron este domingo en los lavaderos del municipio cómo era la vida de las ... mujeres y del pueblo en general hace setenta años. Asimismo, la idea es destacar el papel esencial que tenían los trovadores a la hora de tener informada a los vecinos del municipio.
«Nuestro objetivo es poner en valor la figura de la mujer a mediados del siglo XX, cuando los medios de comunicación apenas llegaban a los pueblos y había una escasa alfabetización. Se reunían en el lavadero y allí comentaban su día a día y se interesaban por lo que sucedía a los alrededores gracias a la figura de los romanceros, que leían y cantaban las noticias más destacadas», afirma Antonio Huertas, el responsable de organizar la representación. «De este modo, la población conocía si había tormentas o se había cometido algún crimen en los municipios cercanos y tenían una idea sobre cómo era el mundo», añade.
La inquietud y el interés por recuperar sus raíces fue lo que hizo que los vecinos de Lopera, miembros de la Asociación Cultural Valle del río Fardes, de la que Antonio es presidente, tuvieran la iniciativa de llevar a cabo dicha función.
Abuelas vestidas con ropa de la época, hombres hilando frutas o verduras para mantenerlas colgadas todo el año y niños jugando a la rayuela y al Antón pirulero decoraron el espacio de los lavaderos de Lopera para ilustrar un viaje al pasado y reproducir las conversaciones que las mujeres del pueblo tenían, así como sus principales preocupaciones para, al fin, ver la llegada de los romanceros. Además, otras figuras esenciales de la época se sumaron a la representación, como es el caso de los vendedores que acudían al pueblo y que a menudo intercambiaban mercancías con los vecinos
La pedanía de apenas 150 habitantes consiguió que treinta de sus vecinos se movilizasen para mostrar ante un público procedente de distintas partes de la comarca cómo era la vida de sus abuelos. «Sentimos un gran orgullo y hemos realizado el teatro con mucha ilusión», afirmaba Carmen, una de las participantes en la obra. Los integrantes de la representación han practicado durante seis meses para que el día indicado todo saliese a la perfección. «Nosotras mismas hemos hecho la ropa y la decoración necesaria», añade.
El proyecto también ha consistido en una recopilación de romances que se han editado en un libro donde están recogidos. «Con esta iniciativa también hemos querido mostrar la importancia que tuvo en su momento y que, actualmente, sigue teniendo para nosotros el lavadero», destaca Antonio.
Además, todos sus participantes aseguran que tienen como objetivo volver a repetir el año que viene para convertirlo, así, en una costumbre más recuperada en el pueblo para afianzar sus orígenes.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión