La romería de la Virgen de la Cabeza de Cozvíjar por los alrededores de su ermita
La localidad, en la comarca del Valle de Lecrín, festeja con gran fervor y actividades lúdicas y religiosas a su patrona durante cuatro días
Cozvíjar, perteneciente junto a Cónchar al municipio de Villamena, en la comarca del Valle de Lecrín, celebra en estos días (1, 2, 3 y 4 ... de agosto) sus fiestas patronales en honor a la Virgen de la Cabeza. El programa festivo ha contempla las IX Jornadas Gastronómicas, karaoke flamenco; primera gyncana crossfitera; primera selva motera; concierto a cargo de 'La Jaula'; proclamación de la reina de las fiestas y sus damas de honor; ludotropic; arroz; concierto a cargo de 'Dos Rosas y un Descosío'; bingo; concierto del Grupo 'Cajalagúi'; tarde de techno; merienda; fuegos artificiales; desayuno con churros, espichás y huevos fritos; solemne misa en honor a la Virgen de la Cabeza; comida para los mayores; concierto de 'Canela en Rama'; concierto de 'El Patio'; procesión por el pueblo y romería a la ermita; paella; fiesta del agua; supercircuito acuático; concurso de migas; degustación de pasteles, verbenas musicales, dianas y conciertos a cargo de la Banda de Música El Carmen de Dúrcal…
El Ayuntamiento de Villamena, presidido por Manuel Luis Vílchez, y la comisión de fiestas se encarga de la organización de estas fiestas con la ayuda de otras personas y empresas. Una vecina de Cozvíjar, María Megías Prieto, de 82 años de edad, hija del que fuera alguacil del pueblo, José Megías Vílchez, recuerda el año pasado cuando ella subía a la torre de la iglesia para repicar las campanas durante las fiestas. «A mi me encantaba que llegaran las fiestas para tocar las campanas. Entonces tenía buenos pies y subía las escaleras sin darme cuenta. Recuerdo también que varios guardias civiles acudían a las fiestas del cuartel de Padul y paraban en la casa de mis padres. La banda de música que venia era la de Dúrcal. Uno de sus músicos era Cándido. También venía su hijo José Francisco con siete años, un grupo de mayores y otros dos niños también músicos. Mi padre se encargaba de alojar a los miembros de la banda en casas de particulares. Mi abuelo Juan José fue sacristán con don Benjamín, y cuando mi abuelo perdió la visión mi hermano y yo le ayudamos mucho, hicimos lo que él hacía», manifestó.
Según María Megías «antiguamente se guardaba un pollo de corral para la comida de aquellos días festivos. Otras personas hacían arroz con carne de conejo. La ensalada no faltaba y el vino casero estaba a la orden del día. Se bailaba mucho con la banda de Dúrcal. Las madres vigilaban a sus hijas en todo momento. El suelo de la plaza era de tierra. Se montaban varios chiringuitos. Recuerdo que venía de Dúrcal Manuel 'El de los Helados' con su garrafa, Rosa 'La Rorra' con su cesta de mimbre repleta de caramelos, almendras, pastelillos, etcétera, y el hombre de los garbanzos tostados de Padul. Mucha gente le entregaba un tazón de garbanzos crudos con colmo y él, para ganar algo, lo entregaba un poco más de medio con garbancillos tostados que estaban tiernos y riquísimos. El cohetero venía de Motril. Ahora viene un muchacho que se llama Jorge. Yo le encargo todos los años una rueda para que la tire en mi puerta. A las fiestas de mi pueblo siguen viniendo mucha gente de otros pueblos porque se lo pasa muy bien», terminó diciendo esta vecina de Cozvíjar.
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