El robo en la iglesia de Benamaurel no fue el único en la zona
En la misma jornada, los cacos entraron en la iglesia de Almontaras, a 20 kilómetros, lo que abre la puerta a una conexión entre ambos delitos
El robo que tuvo lugar en la iglesia parroquial de la Anunciación en Benamaurel en la madrugada del pasado jueves no fue el único que ... se cometió en la zona en la misma jornada, según han confirmado a IDEAL fuentes de la Guardia Civil. El mismo día, se produjo un segundo de similares características en la iglesia de San Antonio de Padua de Almontaras, localidad perteneciente al municipio de Castril, distante unos 20 kilómetros de Benamaurel. Igualmente, se ha sabido que en la iglesia de Ferreira hubo un acto parecido un par de meses atrás. El suceso está en proceso de investigación por parte de la Benemérita, y no han trascendido los bienes que fueron sustraídos en Almontaras. Esta coincidencia en fechas y objeto de los delitos abre la puerta al establecimiento de una conexión entre ambos.
En Benamaurel, tras reponerse del estupor que supuso el saqueo de la iglesia, la tristeza se ha apoderado, según el párroco Joaquín Caler, de los devotos y fieles de la Virgen de la Cabeza, cuyo camarín fue profanado por los ladrones. Se ha completado el inventario, que no ha arrojado nuevos elementos robados. Recordemos que, como se publicó en este periódico, han desaparecido las joyas que portaba la imagen y las que se encontraban expuestas en el museo, pertenecientes a su ajuar. Entre ellas, anillos, medallas y broches que habían sido ofrecidas a la imagen por los benamaurelenses durante varias generaciones. La última de estas ofrendas no ha llegado siquiera a mostrarse, ya que se le había ofrecido a la Virgen en fecha reciente y la iba a estrenar en el Besamanos que tendrá lugar el próximo viernes 15 de agosto, con ocasión de la festividad de la Asunción.
La iglesia de Ferreira también fue objeto de un robo hace dos meses
Lógicamente, un suceso como este ha animado a tomar medidas tanto al párroco como a los integrantes de la Hermandad de la Virgen de la Cabeza. En el día de ayer, técnicos de una empresa de seguridad visitaron la parroquia con el objeto de preparar un sistema de alarma con cámaras, a fin de disuadir a los amigos de lo ajeno de actuar en el templo otra vez. «Pensamos que es una actuación urgente y necesaria, desgraciadamente», afirmó el párroco a este periódico, quien se autodefine como una persona prudente y parca en palabras. «El daño ya está hecho. Además, al margen del robo de las joyas, tendremos que reponer varios elementos del mobiliario que han quedado destrozados. Todo está en manos de los investigadores, y aunque sabemos que será complicado recuperar las piezas robadas, no perdemos la esperanza», asegura.
El camino de lo robado
Conocidos expertos en joyería y delitos con botín en metales preciosos y gemas consultados por IDEAL formulan dos hipótesis sobre el camino de las piezas robadas. «Si los autores son ladrones semiprofesionales o profesionales, lo normal es que suelten inmediatamente la mercancía, y el perista –receptor de mercancía robada– la destruirá fundiéndola, lo que hará que se pierda el rastro. Lo más probable es que, al ser joyas históricas, el oro sea de 18 kilates, aunque puede haber piezas de 14, que necesitan ser 'mejoradas' con oro de 20 o 24 para poder venderse. Si el ladrón no es un profesional, quizá pueda guardarlas un tiempo, pero esta es una opción peligrosa. Las piedras, si las hay, se desengastarán y se venderán aparte».
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