Remedios y Emilio celebran sus bodas de oro en la Cueva del Agua
La primera pareja de España en darse el «Sí, quiero» bajo tierra renueva sus votos en Iznalloz
Hay muchos tipos de amores. Algunos son de verano, fugaces, a primera vista, imposibles, de conveniencia… Pero hay pocas uniones como la de Emilio y ... Remedios, la primera pareja de España en darse el «Sí, quiero» en una caverna. El matrimonio celebró sus bodas de oro el pasado domingo en la Cueva del Agua de Iznalloz, justo 50 años después y en el mismo lugar donde se prometieron que compartirían su vida.
Ha llovido mucho desde aquel 7 de abril de 1974. Y, sin embargo, el cariño entre la pareja permanece inmutable, sigue siendo tan caudaloso y profundo como la Cueva del Agua. Se conocieron a los 14 años y ahora suman 79. Su primera boda fue mediática. Un millar de personas llegaron en romería desde los pueblos de la zona para ser testigos de ese acontecimiento insólito y pocas horas después los entrevistó la televisión para todo el país. Ellos querían una boda íntima y no lo consiguieron. El pasado domingo obtuvieron por fin la boda que querían, rodeados de su familia y sus amigos más cercanos.
Unas 80 personas, de acuerdo con el Ayuntamiento, se dieron cita a 1.750 metros de altura y a 150 metros de profundidad para celebrar el enlace. Los enamorados no enunciaron nuevos votos. No hizo falta. El matrimonio ha funcionado de sobra. A la ceremonia asistieron ocho nietos y sus cuatro hijas, además de numerosos amigos espeleólogos que le han acompañado en esta aventura que es la vida.
Aunque muchas de sus seres queridos no pudieron asistir, Encarna, la hermana de Emilio, a sus 87 años repitió como madrina. Esta vez, José Manuel, sobrino de la pareja, ejerció las funciones de padrino en una ceremonia que estuvo dirigida por el alcalde, Carlos Romero, y la mayor de las nietas de la pareja, Ariadna.
La novia, al igual que hizo hace 50 años, confeccionó su propio vestido. Llegó radiante, llena de luz y de alegría. Además, no tuvo quien la esperara en el altarque se improvisó en mitad de la galería central de la caverna. Tal y como ha hecho durante su existencia y en la espeleología, una práctica en la que ha sido pionera, abrió su propio camino seguida unos pasos detrás por Emilio.
En esta cueva, que permanece cerrada al público, solo se ha casado una pareja más de espeleólogos. La pareja agradeció emocionada la compañía y a la salida se tomaron una fotografía con todos los asistentes.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
