'El Pueblo Libro' de Granada retrocede en el tiempo para revivir un arte único
En el municipio de Alpujarra de la Sierra y otras partes, la trilla era un proceso que antiguamente reunía a muchos campesinos para que les permitiera obtener alimento para todo el año
El municipio de Alpujarra de la Sierra, 'El Pueblo Libro', formado por Mecina Bombarón, Yegen y El Golco y la aldea de Montenegro, ha celebrado ... en el paraje rural de 'Prado Real', junto a la piscina municipal que posee un excelente restaurante, su tradicional Fiesta de la Parva. Carlos 'El de Caleire' de Albondón se encargó de la labor de trillar con sus dos mulos y una tabla centenaria. Carlos tiene 33 años y cuando cumplió 14 años ya sabía realizar todas las labores del campo para ayudar a sus padres, Antonio y Consuelo, y a su hermano y hermana. El padre de Carlos se dedicó a cuidar ganado y a trabajar con tractores. Hace unos años Juan empezó a trillar sus propias parvas en la era de su cortijo. Carlos ha acudido a trillar al municipio de Alpujarra de la Sierra acompañado de su mujer y tres hijos pequeños. También, como es lógico, se ha traído a la era sus dos bestias: 'Cordero' y 'Sevillana'. El próximo día 16 acudirá al municipio de Lobras para trillar durante una fiesta en una era comunal.
La Comisión de las Fiestas de San Miguel de Mecina Bombarón montó una enorme barra. Dos cocineros de Ohanes se encargaron del almuerzo. En la trilla participaron muchas personas, todas las que quisieron. Unas sabían muy bien manejar el trillo y las bestias y otras no tanto. El arroz parvero salió a las mil maravillas. Antiguamente los segadores se refrescaban bebiendo agua cada dos por tres. Cada cierto tiempo echaban un cigarrillo para descansar y estirar el espinazo. Con manojos de tallos de trigo se hacían los vencejos para atar las gavillas. Después tenía lugar la barcina para transportar las gavillas a la era. A las parvas acudían muchos campesinos para ayudar, a veces a torna peón, hoy por ti y mañana por mí para que no corriera el dinero.
Las coplas afloraban en estos rudos quehaceres. Terminada la faena en la era, el fruto era acarreado a los atrojes de la casa en sacos y costales y la paja en herpiles. Era costumbre en estas labores tomas aguardiente, un trozo de tocino con magro y bacalao con tomate. Al medio día tocaba el turno al cocido de garbanzos y habichuelas que llevaba también espinazo y carne de jamón, patatas y otros productos. El gazpacho, la pipirrana y el vino de la tierra no podían faltar. Entonces en La Alpujarra se labraba todo el campo. En esta multitudinaria fiesta, que contó también con música, estuvieron también presentes el alcalde de Alpujarra de la Sierra, José Antonio Gómez, acompañado de su esposa, Dolores del Carmen Martín, y el teniente de alcalde, José Antonio Múrcia.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión