La mujer de 89 años desaparecida en Beas de Granada permaneció cinco horas en una zanja

Todo parece indicar que Eulalia se despistó en el camino de vuelta. Un vecino del municipio dio parte a la familia sobre el lugar en el que se podía encontrar la anciana. El hombre la vio sobre las 17.00 horas en dirección al descampado y, cuando recibió la noticia de que los familiares estaban buscando a una mujer que casaba con la descripción, dio la voz de alarma. El campo había sido revisado con anterioridad por una partida de voluntarios, sin embargo nadie podía esperar que una mujer «menuda y a esa edad» fuera capaz de levantar una valla en un camino cortado por un desprendimiento de tierra. La señora continuó su andadura medio kilómetro más, resbaló con la arena y se precipitó en la zanja. Eulalia González no pudo volver a incorporarse y esperó en el lugar hasta que los habitantes de Beas de Granada y la Guardia Civil dieron con su paradero. Al final de la vereda hay un río que complica el tramo y la familia da «gracias a Dios» de que el pequeño terraplen frenara la aventura de Eulalia. «No sé lo que hubiera podido suceder. No tengo palabras para agradecer a Dios bendito y a todo el pueblo de Beas de Granada que nos ha ayudado y se ha volcado en su búsqueda. Tienen todos un hueco en mi corazón», manifiesta visiblemente emocionada su hija Remedios Dorado, de 65 años.

La mujer fue atendida por su yerno, médico de profesión, y, aunque se encontraba en buen estado, la trasladaron en ambulancia al hospital para que descansara. «Está dolorida por todo el cuerpo, es lógico. Se tiró 5 horas con las manos y las piernas haciendo esfuerzo para levantarse. Es la primera vez que mi madre pisa un hospital», explica Remedios. «Que desaparezca un ser querido es lo más triste que le puede pasar a uno en el mundo, pero ha tenido mucha suerte. Ha vuelto a nacer casi con 90 años». Aunque la mujer reside habitualmente en Cádiz junto a una de sus hijas, es conocida y apreciada en todo el pueblo por su espíritu y por amenizar con sus bailes las fiestas regionales. En los próximos días la mujer podrá regresar a casa con sus seres queridos «para disfrutar de las fiestas, los bares y sus paseos que le encantan y le alegran la vida».