Golpe al narcotráfico en chalés de lujo de Gójar con 2.000 plantas de marihuana incautadas y armas

Dos conclusiones: cada vez proliferan más los cultivos de marihuana en casas de lujo y también resulta más raro no encontrar armas de fuego en aquellos habitáculo donde junto a la plantación hay una persona. Esta nueva operación antidroga, dirigida por el área de investigación de la Guardia Civil de Pinos Puente, y que ha contado con el apoyo del puesto del instituto armado de La Zubia y las policías locales de Gójar y La Zubia, puso punto y final a cinco meses de investigación policial. «Se han empleado muchas horas de trabajo, se han efectuado muchas labores de investigación para saber quiénes están detrás de estos cultivos y ahora con estos registros se acaba la labor policial», apunta el sargento que se encuentra al mando del operativo.

El último registro se desarrolla en un chalé de lujo de la urbanización los Cerezos de Gójar. Los inquilinos pagan mil euros de alquiler y tienen todo el sótano plantado de cannabis, un salón y tres habitaciones. Los agentes de la Guardia Civil y de las dos policías locales citadas anteriormente incautan algo más de 1.200 plantas de marihuana. La infraestructura montada con noventa focos y sus correspondientes transformadores de 600 vatios cada uno, junto a los aparatos de aire acondicionado industrial y filtros de carbono dan una idea de la envergadura del montaje eléctrico. Un operario de Endesa, que también va encapuchado para no ser reconocido, asegura que menos de «seis o siete mil euros no vale esa instalación».

El chalé empleado para el cultivo de la marihuana dispone de dos plantas, piscina, jardín, cochera y su coste en el mercado inmobiliario no bajaría de los 350.000 o 400.000 euros según han apuntado dos agentes inmobiliarios consultados por este diario. No es la primera vez que los 'narcos' recurren a este tipo de chalés de lujo. Anteriormente ha habido registros con cultivos de marihuana en los residenciales de Cañadas del Parque (Dílar), en Monteluz (Peligros), Cortijo del Aire (Albolote) y Los Cortijos (Atarfe), por citar sólo algunos. El chalé registrado de Gójar también disponía de una cámara de seguridad que mandaba las imágenes de cualquier movimiento interno en la residencia al móvil de uno de los inquilinos.

Otro registro. Se trata del primero de la jornada. Es una casa ubicada en la calle Pórliz de Gójar. Agentes de las dos policías locales de Gójar y La Zubia junto a los guardias desplazados se asoman por las cancelas para comprobar si hay alguien dentro. Llaman y nadie contesta. El equipo de los Linces de Armilla hace su trabajo y empiezan a golpear la puerta de entrada con un ariete. Tras tres golpes, un hombre y una mujer bajan a abrir. Los agentes aseguran el interior de la vivienda y tras comprobar que no hay nadie más en la vivienda, invitan al casero a entregar cualquier arma de fuego o drogas que lo puedan comprometer. «Solo tengo dos plantaciones de marihuana», asegura. El letrado de la Administración de Justicia comienza a levantar acta de lo encontrado en la casa: casi quinientas plantas de cannabis, catorce focos, filtros de carbono, aparatos de aire acondicionado... y de repente se paraliza el registro porque aparece una pistola con un cargador y una bala en la recámara preparada para matar, así como balas de rifle.

«Se ha solicitado una ampliación del registro al juzgado porque solo estábamos autorizados en buscar droga y ha aparecido el arma de fuego». La coordinación entre el Juzgado de Instrucción número 1 y los investigadores de la Guardia Civil de Pinos Puente es de «sobresaliente». Todos van a una y no se deja nada al azar.

El propietario de la vivienda dice que no sabía que esa pistola estaba en la casa. Esta vivienda también tiene piscina y huerto, aunque por dentro tiene un aspecto de abandono. Fuera, en la calle, los agentes requisan un todoterreno Volkswagen Tiguan recién comprado por el detenido.

Un dato: sólo en la provincia de Granada, en la demarcación de la Guardia Civil, se han incautado ya más de 38.000 plantas de cannabis sativa en este año. Y en un municipio como Pinos Puente se ha propinado un fuerte golpe contra los tres clanes, en estos momentos desactivados, que manejan el cultivo y el tráfico de marihuana tras una intensa labor en los últimos tres meses.

«El trabajo con las policías locales, la coordinación con ellas, es fundamental para conseguir buenos resultados. Una prueba de ello lo tenemos en este trabajo en las que todos hemos ido a una», apunta el sargento que lidera esta investigación, en un pequeño respiro en el primer registro efectuado en Gójar.

Queda por visitar una tercera vivienda. La Guardia Civil llama a la puerta y nadie contesta. Comienza el trabajo de los Linces, un golpe con el ariete en la puerta, un segundo, un tercero, así hasta una decena. La puerta se abre finalmente. Dentro, en el sótano, hay una plantación, y numerosos artilugios para preparar una segunda. Arriba en el salón hay fotografías y juguetes de un niño pequeño. Todo el registro se efectúa de forma rápida.

Las 1.932 plantas incautadas puestas a la venta en el mercado una vez secadas hubieran generado un beneficio económico superior a los 52.160 euros.

Los cinco meses de investigación, las más de 200 horas empleadas en apostaderos y seguimientos, las idas y venidas al juzgado para coordinar el operativo, las llamadas de teléfono y encuentros con los agentes de las policías locales... todo el esfuerzo empleado en estos cinco meses finalmente da su resultado. Pero lo cultivos de marihuana son una plaga y mañana comienza una nueva operación. No hay tregua.