El falso cura de Dúrcal estafa otra vez

«A nosotros nos recibió vestido con un pantalón negro, una camisa negra y un alzacuellos haciéndose pasar por cura. Se montó en el camión donde llevábamos los palés con los velones y nos dirigimos a una cochera donde los descargamos. La empresa aún no ha recibido ni un euro», comenta esta persona vinculada a esa sociedad. Esta empresa estaba pendiente ayer por la tarde de presentar la correspondiente denuncia contra este individuo.

La misma Policía Local de Dúrcal detectó hace dos semanas un camión de gran tonelaje procedente de Pontevedra que trataba de adentrarse por el casco urbano del municipio para servir un pedido, pero el agente le comunicó que esos vehículos de tamaño tan grande tenían prohibido el paso por la principal arteria de este municipio. El agente le preguntó qué tipo de mercancía venía a servir a lo que el camionero respondió que traía varios palés con miles de velones cuyo destino era el de siempre, el domicilio de la persona que hace meses fue detenido por estafa y que se hacía pasar por el párroco de Dúrcal.

El camionero, tras conocer la historia de este sujeto y comprobar que no le habían ingresado aún el dinero del pedido, decidió no servir los palés de velones y volver a Galicia. No es la única empresa gallega contactada para servir a este falso cura, en Vigo hay otra.

Su anterior fechoría consistió en identificarse como el párroco de la localidad durcalense para efectuar tres pedidos para «la iglesia de la Encarnación de Dúrcal». Curiosamente, la parroquia de este pueblo se llama de la Inmaculada y no de la Encarnación, pero a los dueños de la empresa que suministró el material -una sociedad afincada en la provincia de Cádiz- les extrañó mucho que tras enviar tres pedidos no recibieron ni el dinero ni comunicación alguna por parte del comprador. Y claro, los envíos no se efectuaban a la dirección de la parroquia de Dúrcal, ubicada en pleno centro de la localidad, sino a un domicilio facilitado por este individuo que era donde llegaban todos los pedidos. Las compras efectuadas en nombre de la iglesia de Dúrcal fueron algo superiores a los 3.500 euros, y todo era material litúrgico.

La Guardia Civil del municipio gaditano de Chiclana de la Frontera contactó con el mando del puesto del instituto armado en Dúrcal para informarles de que buscaban a un individuo afincado en esta localidad del Valle de Lecrín. Uno de los policías locales de este pueblo se lo encontró por la calle y lo invitó a subir al coche patrulla para efectuar una identificación en dependencias de la Guardia Civil. No opuso ningún tipo de resistencia y el agente lo llevó a dependencias de la Guardia Civil donde fue entregado.

El presunto estafador no sólo estaba reclamado por la Guardia Civil de Chiclana de la Frontera, también tenía una requisitoria -orden de busca y captura- de un juzgado de Cuenca por otra estafa y también lo estaban buscando desde la localidad alicantina de Onteniente.

Tras aquella detención y presentación en los juzgados correspondientes quedó en libertad con cargos en espera de la celebración de los correspondientes juicios. Y ahora vuelve a primer plano el falso cura de Dúrcal, que sigue acumulando denuncias por presuntas estafas. Este hombre nunca pisó un seminario y su alzacuellos solo es de postureo.