Más de mil conductores sancionados en una semana en la provincia de Granada

En los tramos denominados INVIVE, acrónimo de INtensificación de la VIgilancia de la VElocidad, los agentes de la Guardia Civil de Tráfico han controlado la velocidad de 20.599 vehículos. Esos controles que se han realizado en cinco vías secundarias de la provincia han dado como resultado 1.118 multas, o lo que es lo mismo, un 5,43% de los conductores controlados fueron sancionados en esta semana de agosto, según los datos aportados por la Jefatura Provincial de Tráfico en Granada. Un porcentaje que sube si se compara con el resultado de la anterior campaña de tráfico, un 3,67%, aunque similar si se analizan las cifras de campañas de control en verano de 2016, 2015 y 2014, con un 6,63%, un 5,26% y un 5,37% respectivamente.

A pesar de las intentos de concienciación y de las campañas periódicas realizadas por la DGT, la media de conductores sancionados ha ido creciendo desde el año 2009. Los datos muestran como hace ocho años sólo fueron denunciados un 3,10% de los conductores controlados. Ese año la campaña duró 13 días -y no seis como este- siendo controlados 42.926 vehículos, pero sólo fueron denunciados 1.332. La cifra volvió a bajar en agoto de 2010, con un 3,15% de sanciones respecto a los controles, y en 2011, con un 2,79%. Esa bajada se frena en seco para subir en 2012, con un 4,46%, y baja algo en 2013 con un 3,10%.

En los últimos años la DGT ha señalado el exceso de velocidad como una de las principales causas en los accidentes con y sin víctimas mortales. Según los expertos del organismo dependiente del Ministerio del Interior, conducir a una velocidad adecuada podría evitar una cuarta parte de los fallecidos en accidentes de tráfico.

Si al exceso de velocidad se suma la peligrosidad que tienen las carreteras de doble sentido, el cóctel resulta explosivo. En un 29% de los accidentes en estas vías, la velocidad fue un factor determinante. Porque no pisar demasiado el acelerador puede ahorrarnos muchos problemas. Concretamente, si entre todos bajáramos un 5% la velocidad, se podrían reducir un 10% los accidentes con heridos, y en el caso de los accidentes mortales, la cifra podría bajar hasta en un 20%.

Además de las vías secundarias, una velocidad superior a la permitida es muy peligrosa en tramos urbanos. A partir de 80 kilómetros por hora es prácticamente imposible que un peatón salve la vida al ser atropellado, pero si ese siniestro se produce a 30 kilómetros por hora, el riesgo de muerte se reduce al 10%.