La boda de la aristocracia británica con la reina Camila que paralizó Granada hace nueve años

Los balcones de este municipio se engalanaron con banderas de Colombia, España e Inglaterra. Fue un día histórico en la plaza San Rogelio y una fecha marcada en la agenda del protocolo internacional. Hasta la iglesia de la Encarnación llegaron Camila Parker Bowles, duquesa de Cornualles, para dar paso, diez minutos antes de la hora de la boda a la llegada del Rey Juan Carlos, que se bajó del coche justo en el puerta de la iglesia con traje azul oscuro y corbata turquesa y que no dudó en pararse unos minutos en saludar a todos los ilurquenses. Sin duda fue uno de más esperados y de los más aplaudidos.

La celebración, como no podía ser de otra manera, fue en la finca La Torre de Alomartes, propiedad de los duques de Wellington, que obtuvo el militar británico Arthur Wellesley como obsequio por su ayuda durante la Guerra de la Independencia contra la ocupación napoleónica.