La Biblioteca de Monachil contagia el amor por la lectura

Desde entonces, Beatriz y sus colaboradoras, Raquel y Mercedes, han desarrollado cuentacuentos para los más pequeños a través de su cuenta de Facebook, en la que se han propuesto subir una actividad literaria al día. Han gestionado el préstamo de e-books, tanto los destinados a estudiantes que los necesitaban para preparar la Selectividad como las novedades que incluye la plataforma e-biblio de la Junta de Andalucia.

Hace unos días organizaron un concurso de adivinar el título de un libro a través de un pasaje. Y han mantenido su Club de Lectura de Adultos que, providencialmente, ya era virtual antes de la cuarentena. Incluido el encuentro con la autora de 'Almudena Montiel, huérfana en la postguerra', Rafaela Lorca, que se hizo a través de un vídeo.

La actividad se ha intensificado con la Semana del Libro, que hoy celebra su día culminante. Los niños que a lo largo de todo el curso participan en el cuentacuentos infantil han grabado un poema enlazado del escritor italiano Gianni Rodari, en el año de su centenario.

Tampoco han faltado las actividades que, además de animar a la la lectura, levantan el ánimo. Con la etiqueta #yomequedoencasaleyendo, 88 usuarios de todas las edades han enviado sus fotografías con un libro entre las manos en el rincón favorito de sus casas.

Y una de las iniciativas más exitosas ha sido el concurso infantil de dibujo 'Lo mejor de estar en mi casa'. «Queríamos transmitir un mensaje positivo: en lugar de preguntarles a los niños qué piensan hacer cuando todo esto termine y puedan salir de casa, hemos intentado que reflexionen sobre el disfrute de la realidad que tienen ahora mismo», explica la funcionaria, que además es autora de varias novelas, la última de ellas 'Aventura en el Cerro de la Encina', ambientada en el yacimiento arqueológico de Monachil.

Los niños mayores de 8 años, los adolescentes y los adultos han sido invitados a enviar relatos, poemas y reflexiones sobre este extraño tiempo que vivimos. Cuando termine el encierro, se colgarán de un árbol junto a la biblioteca -el 'árbol de la esperanza'- y entre todos los participantes se sortearán cuatro lotes preparados por la librería local.

Beatriz nunca ha estado obsesionada por batir récords en el préstamo de libros. Tampoco le convence la literatura-espectáculo, que atrae atención pero no deja poso. «Cualquier cosa puede ser animación a la lectura, pero no todo es animación a la lectura», reflexiona. A su juicio, el amor por los libros es una semilla que hay que plantar -mejor desde la infancia- y regar y cuidar. Y lo que brota de ella es un lector para toda la vida. En ellos está el futuro de las bibliotecas.