Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
JOSÉ R. VILLALBA
GRANADA
Miércoles, 11 de abril 2018, 02:07
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
No tenía sotana. Carecía de alzacuellos. No había estudiado Teología. Ni tampoco solía frecuentar la iglesia. Sin embargo, solía utilizar, presuntamente, el 'engranaje' eclesiástico para efectuar compras fraudulentas de material litúrgico que después revendía a precios irrisorios.
La Policía Local de Dúrcal recibió el mismo lunes un aviso de la Guardia Civil de que estaban buscando a un individuo residente en este municipio del Valle de Lecrín acusado de estafa y suplantación de identidad. Su última fechoría consistió en identificarse como el párroco de la localidad durcalense para efectuar tres pedidos para «la iglesia de la Encarnación de Dúrcal». Curiosamente, la parroquia de este pueblo se llama de la Inmaculada y no de la Encarnación, pero a los dueños de la empresa que suministraron el material -una sociedad afincada en la provincia de Cádiz- les extrañó mucho que tras enviar tres pedidos no recibieron ni el dinero ni comunicación alguna por parte del comprador. Y claro, los envíos no se efectuaban a la dirección de la parroquia de Dúrcal, ubicada en pleno centro de la localidad, sino a una dirección facilitada por este individuo que era donde llegaban todos los pedidos. Las compras efectuadas en nombre de la iglesia de Dúrcal fueron algo superiores a los 3.500 euros, y todo era material litúrgico.
La Guardia Civil del municipio gaditano de Chiclana de la Frontera contactó con el mando del puesto del instituto armado en Dúrcal para informarles de que buscaban a un individuo de 44 años, natural de Valencia y afincado en esta localidad del Valle de Lecrín. Uno de los policías locales de este pueblo se lo encontró por la calle el mismo lunes por la mañana y lo invitó a subir al coche patrulla para efectuar una identificación en dependencias de la Guardia Civil. No opuso ningún tipo de resistencia y el agente lo llevó a dependencias de la Guardia Civil donde fue entregado.
Durante el trayecto en el coche, el policía local demostró una profesionalidad y saber hacer a prueba de bomba. Ni se puso nervioso ni complicó más la situación, hizo la labor encomendada y punto. Incluso logró sacar alguna confesión a este individuo en el trayecto.
El presunto estafador no sólo estaba reclamado por la Guardia Civil de Chiclana de la Frontera, también tenía una requisitoria -orden de busca y captura- de un juzgado de Cuenca por otra estafa y también lo estaban buscando desde la localidad alicantina de Onteniente.
Fuentes conocedoras del caso apuntan a que este individuo puede llevar, presuntamente, en torno a catorce años haciendo este mismo tipo de estafas en distintas zonas de España. Desde hace dos años estaba afincado en Dúrcal, aunque anteriormente vivía en la ciudad de Motril.
El detenido en Dúrcal está acusado de estafa y suplantación de identidad.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La hora que separó a una madre y su hijo de morir juntos en Palencia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El mapa de los restaurantes con estrella Michelin por provincias
Sara I. Belled y Álex Sánchez
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.