Los agricultores de la Vega sur reclaman a la Junta una canalización para que no mueran sus tierras

El río Monachil ha perdido caudal de forma evidente en las últimas décadas. Según datos de Somos Vega, en 1997 su caudal era 36,5 Hm³ de agua, alcanzando entonces su máximo. Su mínimo fue en 2011 con apenas 6,1 Hm³ y en condiciones normales llega a los 13,6 Hm³. Unas cifras de sobra conocidas por los regantes y ayuntamientos del cono sur de la Vega granadina, pero que no hacen más que poner el dedo en la llaga de los problemas de la industria agrícola. No en vano, el crecimiento poblacional y el cambio climático están mermando la dotación hídrica con la que cuentan los agricultores.

Jesús Peña, de Ecologistas en Acción y Somos Vega, es una de las personas que más está luchando porque en la Vega sur se recupere el agua perdida. Según explica, «el agua de las acequias del río Monachil es muy precaria cuando llega a los agricultores porque Pradollano consume gran parte ya en la cabecera, cada vez llueve menos y la mayoría de los recursos hídricos se quedan en la cabecera del río». De forma que llega muy poca agua a las tierras más cercanas a Granada capital.

En este escenario, lo que los regantes pretenden es aprovechar las obras que quiere ejecutar la Junta en la EDAR Sur que se sitúa en el Camino de Purchil y que depura las aguas residuales de las localidades del cinturón metropolitano y de Granada capital por su área más al sur. Estas obras mejorarán la canalización de La Zubia, Cájar, Monachil, Huétor Vega y la propia Granada. Lo que se quiere es que además de esas canalizaciones, se construya otra más para que el agua pueda volver a los regantes.

«Pedimos que se haga un nueva canalización que pueda conectar desde la EDAR Sur con la zona de los regantes del río Monachil», indica Jesús Peña. Para ello, han presentado algunas alegaciones al proyecto y otras se están preparando para hacerlo antes del próximo 25 de noviembre cuando expira el plazo para tal fin. IDEAL ha tenido acceso a la que presenta Ecologistas en Acción y en ella piden que «en un futuro no muy lejano, se establezca un servicio de retorno de las aguas depuradas desde la EDAR Sur hasta la Acequia Gorda de La Zubia».

Mientras ese futuro llega, solicitan que se aproveche la obra que se va a realizar para que se instale «junto a los colectores de hormigón para las aguas residuales, una tubería a presión que pueda asumir dentro de poco el paso del agua depurada en su vuelta a la cabecera». Ecologistas en Acción defiende que con esta medida se solventarían los temores que acechan a los agricultores.

La alternativa que manejan supondría la instalación de un sistema de bombeo desde la EDAR Sur que tendría una longitud de 8 kilómetros y un desnivel de 125 metros. Con esta se podría repartir el agua entre las acequias de Granada y las de la Vega sur y estiman que sería viable económicamente. Por dos motivos que esgrimen: porque existen fondos FEDER para el desarrollo agrícola que podrían servir para este plan de los regantes y porque con que solo se gravara 5 céntimos el metro cúbico se recaudarían 1,15 millones de euros anuales.

Además de Ecologistas en Acción, otros colectivos como Somos Vega entienden que, si no se lleva a cabo esta modificación, las tierras agrícolas corren peligro. Por ello, creen que hace algunos años se dejó pasar la oportunidad de instalar dos depuradoras junto a Monachil y Cájar que habrían costado lo mismo que el proyecto que presenta ahora la Junta. El mismo asciende a más de 7 millones de euros, aunque no tiene en cuenta la ampliación que se ha hecho de la EDAR Sur para acoger estas nuevas aguas residuales.

No solo eso, para los regantes del Monachil es primordial llevar a cabo este sistema de bombeo de aguas hasta la Acequia Gorda de La Zubia por una cuestión de índole social y ambiental. Aseguran que se evitarían las expropiaciones de 180 parcelas. «Le daría vida y colorido al ecosistema de la zona», sostiene Jesús Peña que recuerda también que «el agua que tienen los regantes no solo es poca, sino que es muy estacional y dependiente de los deshielos de Sierra Nevada, está contaminada por las empresas y ayuntamientos que vierten el agua en las acequias, por lo que el sistema de bombeo pondría fin a muchos de esos problemas».

La Delegación de Agricultura de la Junta de Andalucía prefiere guardar silencio al respecto de las alegaciones que se presenten al proyecto de canalización: «No podemos valorar un procedimiento administrativo, como tampoco podríamos hacerlo si se tratara de uno judicial». No en vano, sí que avanzan fuentes de la Delegación que «hacer retornar el agua supondría un gasto adicional en electricidad para el bombeo que no parece que vaya a ser barato».

Por otro lado, el Ayuntamiento de Monachil, en el que más agua reciben las acequias por encontrarse en la cabecera del río, se posiciona del lado de los regantes y no descarta presentar alegaciones al proyecto de la Junta, según defiende su concejal de Medio Ambiente, Francisco Álvarez. «El agua da vida a la zona», sentencia el edil.