El almendro en flor toma protagonismo

Los almendros en flor dan un atractivo colorido especial a los campos. Los almendros, avellanos, duraznos y algunos ciruelos florecen primero y nos enriquecen con su belleza cuando los demás árboles aún están desnudos y no han brotado. En la Sierra de la Contraviesa alpujarreña, en Los Guájares y en el Valle de Lecrín, al igual que sucede en otras zonas con almendros, los campos comienzan a transformarse a primeros de año en un inusitado paisaje blanco y rosado.

Es un espectáculo deslumbrante e inolvidable contemplar los almendros florecidos. Caminar entre almendros en flor provoca una sensación de contacto con la naturaleza. Muchas personas realizan rutas para contemplar los almendros en flor. También, desde hace unos años, acuden asociaciones de moteros de otros países para visitar la Sierra de la Contraviesa cuando la mayoría de sus tierras se cubren de un manto frágil, rosado y blanco.

En la Alpujarra, Los Guájares y el Valle de Lecrín existen almendros grandes y centenarios. En estas zonas se pueden descubrir muchos tesoros naturales de interés botánico y paisajístico. En Turón, Nechite, Murtas, La Rambla del Banco, Torvizcón, Albuñol, Sorvilán, Guájar Fondón, Pinos del Valle, Las Albuñuelas, Cástaras, Cozvíjar, El Padul, Dúrcal se hallan almendros con más de un siglo de vida.

El almendro es considerado el árbol de la juventud y de la alegría que transmite pureza y nobles sentimientos y por eso se asocia al primer amor. El almendro se cultiva en España desde hace más de dos milenios. Su origen procede de las regiones montañosas de Asia Central. Existen muchas variedades de almendra pero la denominada marcona está considerada como la variedad de mayor calidad a nivel mundial.