Esta tarde será procesionada en la localidad de Dúrcal la imagen de San Ramón Nonato
Las fiestas, que comenzaron el pasado sábado con el tradicional desfile de gigantes, cabezudos y carrozas, finalizaran esta noche
Rafael Vílchez
Miércoles, 31 de agosto 2016, 15:32
Dúrcal, situada en la comarca del Valle de Lecrín granadino, celebra sus famosas y divertidas fiestas (no patronales por que el patrón es San Blas) ... en honor a San Ramón Nonato desde el pasado sábado y hasta esta noche. Hoy miércoles, entre otras cosas, se celebrarán dos misas, una a las doce del medio día y otra a las siete de la tarde. A la una de la tarde comenzará el tradicional concierto en la Plaza a cargo de la excelente y prestigiosa Banda Amigos de la Música de Dúrcal. También, un poco más tarde actuará la orquesta Coconut en el Parque de la Estación y la charanga Apaches. La procesión con la imagen de San Ramón Nonato comenzará a las ocho de la tarde.
El primer día tuvo lugar el gran desfile de gigantes, cabezudos y carrozas acompañado de la Agrupación Musical y Majorettes Virgen del Carmen, de Dúrcal y del magnífico y veterano grupo local Los Diablos Negros, montado en un camión. También, hubo concursos, feria del medio día, conciertos y veladas musicales. En los siguientes días de fiesta se han desarrollado un sin fin de eventos, concursos, torneos y encuentros. Ayer, y entre otros grupos, volvieron a actuar los Los Diablos Negros. Es costumbre consumir en estas fiestas higos chumbos con anís en las casas y también (este año ha sido el pasado domingo por la mañana) el la plaza de Almócita. Uno de los grandes consumidores de higos chumbos es el célebre Juan Antonio Valdés El de la Autoescuela Valle de Lecrín.
Dúrcal es un pueblo fascinante. De indudables contrastes visuales. Llanos, bancales, secanos, puentes (uno de ellos romano), baños sanadores, un río, montañas con misteriosas grutas, restos del pasado árabe o la cueva encantada de Vacamía. Por esto y mucho más, no es de extrañar que cada vez más personas escojan este bendito lugar del Valle de Lecrín para disfrutar de todos sus encantos.
Dúrcal en otros tiempos fue tierra de emigrantes y vendedores de papas. Existe un dicho que dice que cuando los astronautas americanos pisaron por primera vez la luna se encontraron allí a Los regalos pregonando, más solos que la una, papas a dos pesetas el kilo. Asimismo, y fuera de bromas, hace muchos años, Rosa la Rorra, vendía por el pueblo y junto a las dos carteleras del cine chucherías acunadas en su cesta. Pura, tirando del carrito pregonaba helado con una trompetilla. Manuel Padial se encargaba del cine. Ángela y el padre de Paquito de sus estancos; Serrano mercaba jamones para revenderlos a los más pudientes. Maria defendía su posada. Antonio El sastre y las modistas se empleaban a fondo para que todos los encargos estuviesen a punto para las fiestas.
Juan y Bautista y el otro Juan El de la tienda se encargaban de sus talabarterías. Miguel vigilaba sus futbolines para que no le hiciesen trampa. Maria hacía tejeringos y freía papas. Los hermanos José, Ramón y Rafael confeccionaban sillas con madera de álamo y asientos de anea de la laguna de El Padul y de Órgiva. Mateo vendía botones, cremalleras, quincallas, etcétera. Rosario y Ana, en sus respectivas tiendecillas, partían bacalao con mucha destreza. Pedro, que tenía un coche muy pequeño que carecía de marcha atrás, se encargaba de los recibos de la luz. Alrededor de la plaza había espléndidos comercios, un quiosco y un despacho de gasolina. Funcionaban varios molinos. Gregorio Ortiz, Concha La boticaria, Diego y otros, vendían vino a granel. Francisco, ayudado por Fernando y Antonio, se encargaba del calzado para las fiestas y días laborables.
Juanico El herraor hacía su trabajo después de apañar y ordeñar a mano a sus vacas. Pipa y Justo pastoreaban las cabras del vecindario. Un niño de la María `La Picanta que ha prosperado muchísimo por que es muy listo y trabajador pregonaba tortas y bollos por las calles. José Valero, en silla provista de cuatro cojinetes, vendía en su taberna de El Darrón vino costa de Albondón. Juan, Diego, y otros, vendían y pregonaban rico pan con sus dóciles burras de pelo blanco. Escamez, Pionono Bautista, El Corona y un sin fin de taberneros se encargaban de las bebidas y de las olorosas tapas. Federico y sus hermanos, y otros ilustres carpinteros, de los trabajos en madera; Bombea de la fragua. Candido, que también era zapatero, y sus demás compañeros, de la banda de música.
Don José Puertas se encargaba de la eterna alcaldía y de dar clase en las escuelas nacionales junto a Don Juan Tamayo, Don Ramón, Don Enrique, Don Diego de El Padul Don Eugenio se encargaba de la iglesia. Blas, Antonio y otros compañeros de afeitar y pelar. El Izforeño se encargaba del desaparecido palacio de Don Celestino (que nunca tuvo que desaparecer). La familia Ferrer se encargaba de fabricar gaseosas y barras de hielo Vicente Gutiérrez vendía guano y Gijón tenía una ferretería y vendía espejos, marcos y cristales. Penela y Ángel se encargaban de las confecciones. Blas confeccionaba serones y espuertas con pleita. Joaquín y Barragán pastoreaban y vendía carne. El Niño la Virgen compraba fruta en el árbol. Otros se dedicaban al trasporte público como, y por ejemplo, Manolo Fonda. Eran otros tiempos.
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