'Chapuzón' minero medicinal
De las entrañas de Sierra Nevada a los Baños de Urquízar brota un agua potable que bajan a buscar personas procedentes de los rincones más insospechados
ALEJANDRO MOLINA
Lunes, 15 de agosto 2016, 00:07
Si además de refrescarte por fuera, un baño te cuida por dentro, mucho mejor. Es lo que ocurre en los Baños de Urquízar. Están ubicados ... en un recóndito paraje de Dúrcal y son una auténtica delicia. Y no sólo porque el lugar tiene una belleza especial, sino porque de allí manan unas aguas bajas en mineralización, recomendadas para cuidar el riñón. De las entrañas de Sierra Nevada brota un agua potable que bajan a buscar personas procedentes de los rincones más insospechados.
A pesar de que el paraje es angosto, no es difícil encontrarlo. Si se entra en Dúrcal procedente de la salida 157 de la autovía, se verá a la izquierda de la carretera, poco antes de alcanzar el centro urbano, una pequeña ermita en cuya esquina hay un cartel que indica el camino hacia los baños. Se puede llegar en coche hasta una zona de aparcamiento señalizada con un cartel en el que se puede leer Baño Grande y Baño Chico. Desde este punto hasta el Baño Chico -en este es en el que se encuentra la fuente de agua potable- hay apenas cien metros y no es recomendable internarse más con el coche por lo pronunciado de la pendiente y la dificultad para maniobrar. Unas pequeñas escaleras llevarán al 'bañista' hasta un bucólico rincón en el que es posible desconectar del mundanal ruido. A la derecha, las apreciadas aguas medicinales brotan de la pared, procedentes del corazón de Sierra Nevada. Es esta urgencia la que alimenta dos pequeñas pozas en las que se permite el baño. El líquido elemento queda atrapado por unas horas en este balneario salvaje antes de saltar al Río Dúrcal, que discurre silencioso un par de metros más abajo.
Los Baños de Urquízar son muy apreciados por las gentes del pueblo, pero no son los únicos que los visitan. Como es habitual en la comarca, no es difícil compartir el espacio con ciudadanos británicos afincados en las diferentes localidades del Valle de Lecrín. Aunque la mayor parte del año el lugar es muy tranquilo, las tardes de agosto están siendo animadas y no faltan los lugareños dispuestos a defender a capa y espada que estas aguas no tienen nada que envidiar a las del manantial de Lanjarón. Las aguas de Urquízar fueron declaradas como minerales por la Junta de Andalucía en 1991. Unos años más tarde, en 2006, se publicó la resolución por la cual se calificaban como aguas termales. Finalmente, en 2010, llegó la calificación de aguas minero-medicinales.
El Baño Grande no está lejos del Chico. Desde la señal que indica la dirección hay que bajar por un carril de tierra que en pocos metros se convierte en un estrecho sendero. Conviene poner atención, pues es fácil pasar de largo. Para llegar al baño hay que cruzar un pequeño puente de madera en muy mal estado. Justo al pasarlo se muestra ante nuestros ojos una gran poza de muy poca profundidad con aguas cristalinas. Imposible resistirse al baño en los tórridos días de agosto.
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