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Juan 'Regalo', derecha, de tertulia en su puesto.
Las patatas de 'Regalo'

Las patatas de 'Regalo'

Juan, vecino de Dúrcal, se dedica desde 1940 a la venta de estos tubérculos

RAFAEL VÍLCHEZ

Jueves, 4 de agosto 2016, 00:55

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Un vecino de Dúrcal de 84 años de edad, Juan Fernández Esturillo, más conocido por Juan 'Regalo', se dedicó desde muy joven a comprar patatas en su pueblo y también en otros lugares para revenderlas en otras zonas de España. El padre de Juan, conocido por Manuel 'Regalo' y sus tres hermanos varones se dedicaron también a la compra y venta de este y otros productos del campo.

La marca 'Patatas Regalo' fue creada en Dúrcal en 1940. Antiguamente, cuando se labraba toda la tierra, se producían varios millones de kilogramos de tubérculos, algunos de ellos de la célebre variedad de 'copo nieve'. Desde hace años, tres sobrinos de Juan tomaron el relevo de sus ancestros para seguir dedicándose a la compra y venta de patatas a través de su empresa.

El entrañable 'Regalo' comenzó a temprana edad a ayudar a sus padres en las tareas del campo, cuando los animales formaban parte del paisaje de Dúrcal y se trabajaba de sol a sol e incluso por la noche. También, él y su hermano mellizo José (ya fallecido) compaginaron sus quehaceres escolares y agrícolas con la venta, por las calles, de almendras saladas por su madre, Úrsula, y tostadas en la tahona de Pura. Cinco almendras costaban una gorda y 50 unidades toda una fortuna, una peseta de las de antes. El rico producto era transportado en cestas de mimbre parecidas a la que utilizó la recovera Rosa la 'Rorra' para vender pipas, garbanzos, pasteles y golosinas en la plaza y junto a las carteleras del Lecrín Cinema.

Juan realizó el servicio militar en Barcelona y cuando cumplió los 30 años contrajo matrimonio con Elena Melguizo. «Recuerdo mis años mozos y de noviazgo con mucho cariño y cuando teníamos dos camiones para acarrear y vender papas por toda España. Uno de los vehículos lo manejábamos mi hermano mellizo y yo por turnos para poder descansar durante los viajes. Es verdad que él sí tenía el carné de conducir camiones, pero yo no me lo saqué y con su permiso nos las apañamos los dos durante años porque éramos idénticos y si me pedían el documento se lo entregaba y decía el nombre de mi hermano y en paz», manifiesta.

También recuerda cuando provistos de sacos, cuerdas, angarillas, espuertas, agujas y romanas recorrían los campos de Dúrcal y otras zonas para comprar y pesar las papas que se encontraban tapadas con broza y matas, para conservarlas mejor tras haber sido arrancadas de los caballones de las fincas. «Las primeras que compramos fueron a 80 céntimos el kilo». En cada pueblo había un corredor para que se encargara de las compras. Las papas que adquirían en Trevélez tenían que ser trasladadas en bestias hasta Pórtugos porque el pueblo carecía, al principio, de carretera. «En Capileira, Bubión, Pampaneira o Soportújar compramos muchas papas por que éramos muy formales y las pagábamos muy bien. También, comprábamos nueces y otros productos del campo», rememora.

«Desde que me jubilé, acudo todas las tardes al campo a trabajar en mi finca, con azadón incluido, durante varias horas para estar en forma y no perder la costumbre», puntualiza Juan.

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