Granada no sufrirá restricciones en verano pese a la escasez de lluvia
El sistema que abastece la Vega sí se halla en situación de 'prealerta', lo que obligará a reducir en unos 2.000 m3/hectárea la dotación para riego
Jorge Pastor
Sábado, 9 de abril 2016, 00:42
A pesar de que la evolución del tiempo es variable, las estadísticas sí evidencian que este mes de abril, 'el de las aguas mil', marca ... un punto de inflexión en la gráfica de las precipitaciones del ejercicio hidrológico, medido de octubre a octubre. Así que es el momento oportuno para valorar cuántos recursos hay y si habrá algún problema de abastecimiento en estos meses secos y calurosos que vienen por delante. Hasta el pasado martes, los pantanos de la provincia acaparan 699 hectómetros cúbicos. Esto significa, para que nos hagamos una idea, el 58,94% respecto a la capacidad total de almacenaje. ¿Mucho o poco? Pues estamos básicamente trece puntos por debajo que hace un año y unos tres puntos también por debajo de la media de la última década. Teniendo en cuenta que estas magnitudes se podrían quedar algo cortas en función de la humedad que traiga esta primavera, desde la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) aseguran que el suministro para los pueblos y ciudades está garantizado este verano, sin ninguna perspectiva de limitación, pero casi seguro que sí disminuirán las dotaciones para riego en zonas como la Vega de Granada. Nada alarmante. La decisión final se tomará a finales de este mes, cuando se reúna la Comisión de Desembalses de la CHG, pero en situaciones análogas a ésta que estamos viviendo la reducción fue de unos 2.000 metros cúbicos por hectárea.
La CHG establece cuatro niveles de 'alarma' en función de la disponibilidad de agua. Estos son 'normalidad', 'prealerta', 'alerta' y 'emergencia'. Pues bien, el sistema Quéntar-Canales, del que se nutre la capital y varios municipios del Área Metropolitana, está en el segundo de estos escalones, en 'prealerta', cuando el año pasado nos hallábamos en 'normalidad'. Según el jefe técnico de la CHG, Juan Saura, «este escenario anticipa que no habrá restricciones al consumo domiciliario, incluyendo el llenado de las piscinas». Saura señala que en el caso de la agricultura, el sector productivo que concentra la mayor cuota de demanda, sí que habrá reducciones en la Vega de Granada. El año pasado se pudieron liberar hasta 6.000 hectómetros cúbicos por hectárea y finalmente tan sólo se precisaron 5.000. Ahora lo más posible es que se autoricen 4.000. Habrá que esperar unas semanas para confirmarlo.
«Granada -señala Saura- tiene unas características hidrológicas que aseguran que el caudal llegue hasta los hogares por los aportes que realiza el Genil y por la existencia de corrientes subterráneas que han permitido que Emasagra, por ejemplo, haya puesto en servicio ya dos pozos localizados junto la Ronda Sur». En cuanto al campo, el regadío sí queda subyugado a la situación de los pantanos.
Respecto al resto de sistemas en Granada, el Cubillas-Colomera también se halla en 'prealerta', al igual que el San Clemente (Huéscar). Sobre este último, Juan Saura explica que se trata de una infraestructura que admite grandes volúmenes (117,9 hectómetros cúbicos), pero que normalmente está bajo ya que fue concebido, en su origen, para trasvasar desde la Bolera, «una coyuntura que nunca se ha dado por problemas medioambientales». Por último, tanto Bermejales como la Hoya de Guadix sí están en 'normalidad'.
A juicio de Juan Saura, tanto los ciudadanos como los agricultores muestran un alto grado de sensibilización ante un bien tan necesario por escaso, «una concienciación que partió en muchos casos de las durísimas sequías que se vivieron durante los años noventa». Tomando como referencia aquellos años difíciles, el requerimiento por parte de las familias ha decrecido en torno al veinte o el treinta por ciento, a lo que hay que agregar la optimización del riego gracias a las inversiones realizadas en los últimos treinta años gracias a los fondos europeos.
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