Niegan una vivienda social a una maltratada en paro y con cinco hijos desempleados
El alcalde de Cádiar alega que la mujer no acreditó haber sido víctima de violencia machista y ella asegura que nunca nadie se lo preguntó
Carlos Morán
Miércoles, 21 de mayo 2014, 10:21
Ana Carmen Soler Diz, vecina de la localidad alpujarreña de Cádiar, a sus 53 años ha sido víctima de malos tratos, está en paro y ... es madre de cinco hijos de entre 17 y 30 años que también están todos desempleados. Ana y su numerosa prole residen en la vivienda del marido de su hija que, a su vez, son padres de un pequeño. Ocho personas en el mismo inmueble. Ana cobra el subsidio de los 400 euros. Es el único ingreso más o menos estable que entra en la casa. Así las cosas, Ana optaba a la concesión de una vivienda social de las tres que quedaron libres en Cádiar. Le han faltado dos puntos para conseguirlo. Obtuvo once -ocho por sus años de empadronamiento y tres «por miembros de la unidad familiar»-, mientras que las tres vecinas que ocuparon los primeros puestos sumaron trece cada una de ellas.
El proceso de adjudicación está ahora en cuestión. El PSOE -que es oposición- ha pedido la celebración de un pleno extraordinario. Además, la secretaria municipal emitió un informe donde -sin entrar en valoraciones- relata cronológicamente los hechos. Aparecen circunstancias como que la comisión nombrada para evaluar la primera baremación plantó al alcalde y renunció. Finalmente, se envió a la Junta una lista con los tres titulares -firmada por el alcalde- que se hizo pública en el tablón de anuncios casi un mes después.
Ana critica -y así se lo ha hecho saber al Defensor del Pueblo andaluz- que el Ayuntamiento de Cádiar, que fue la administración encargada de la baremación, ha cometido errores que la han perjudicado. «No me han considerado mujer maltratada, pero es que nadie me preguntó si lo era y yo no lo voy a ir diciendo por ahí. Tampoco me dejaron alegar nada. Se ha hecho todo con secretismo: 'Esta casa para ti', 'esta para ti' y 'esta para ti', y ya está», se lamentó Ana.
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