El protocolo se activa cuando un alumno falta de manera injustificada cinco días en un mes
Para atajar el absentismo escolar en la provincia de Granada, la Junta de Andalucía, los ayuntamientos y los centros educativos trabajan de manera coordinada
Para atajar el absentismo escolar en la provincia de Granada, la Junta de Andalucía, los ayuntamientos y los centros educativos trabajan de manera coordinada. Para ... facilitar la detección y el abordaje de posibles casos, todos estos organismos deben seguir un mismo protocolo, que recoge tanto las características de un alumno ausente como los tipos de faltas. También establece cuáles son los niveles de actuación según la gravedad.
Un alumno se encuentra en situación de absentismo escolar cuando no asiste al centro educativo cinco días completos en un mes, aproximadamente, lo que supondría haber faltado de manera injustificada el 25% del horario. También se puede identificar como tal cuando se ausenta de manera injustificada el 25% de los días en un trimestre, lo que equivale a 22 días.
El absentismo escolar puede ser esporádico, reiterado o habitual y total
Según este protocolo, que se aplica en toda la comunidad autónoma, el absentismo escolar puede ser de varios tipos. En primer lugar, está el «esporádico», que son faltas intermitentes pero reiteradas. Pero también puede ser «reiterado o habitual», es decir, con ausencias continuadas sin justificar. Aunque el más alarmante es el «total», que implica un abandono efectivo, o lo que es lo mismo, que el alumno no acude al centro. En estos casos, los tutores y el equipo docente son quienes cargan con la responsabilidad de registrar y controlar las faltas.
Niveles de actuación
Si se alcanza el umbral de absentismo establecido, entonces se activa este protocolo. A partir de ahí, los niveles de actuación se van incrementando según lo que requiera la situación. Los centros educativos son los primeros en tomar cartas en el asunto. Inicialmente, deben contactar con la familia del alumno que está faltando a clase. El objetivo es encontrar su colaboración para que el menor vuelva a asistir al centro educativo. Sin embargo, si la situación no mejora, se valora derivar el caso al equipo de orientación o a los servicios sociales correspondientes, que tienen el deber de intervenir.
Incluso puede derivarse a la Fiscalía de Menores en casos graves o de desprotección por parte de los progenitores o tutores
Si después de eso el alumno continúa faltando a clase, entonces es obligatorio comunicárselo a la comisión de absentismo del ayuntamiento del municipio en el que se ubique el centro educativo. Y si aun así la problemática persiste, no queda más remedio que trasladar el caso a la comisión provincial de absentismo escolar e incluso puede derivar a la Fiscalía de Menores en casos graves o de desprotección por parte de los progenitores o tutores.
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