La historia tras el primero de la fila de las promesas de la Virgen de las Angustias
Antonio Pérez Reinoso viene de Murcia desde hace más de 40 años para honrar a su abuela, quien también abría el cortejo
Álvaro de la Torre
Domingo, 28 de septiembre 2025, 17:22
Las promesas son un vínculo profundo y personal que los fieles establecen con su fe. En el caso de la Virgen de las Angustias, esta ... conexión se convierte en un relato singular para cada devoto, entrelazando su vida con la espiritualidad de una manera única. Muchas de estas promesas nacen en momentos de dificultad, como enfermedades que ponen a prueba la resistencia y la esperanza del individuo.
Sin embargo, no todas las promesas brotan de situaciones adversas; también están ligadas a la búsqueda de méritos. Algunos fieles prometen cumplir con ciertas prácticas religiosas en medio de éxitos personales o profesionales, agradeciendo así a la Virgen por su favor. Ya sea conseguir un trabajo anhelado, superar un examen difícil o recibir un nuevo miembro en la familia, hay quienes encuentran en la promesa una forma de unir sus logros a un compromiso espiritual, reafirmando su fe en tiempos de gratitud.
Antonio Pérez Reinoso viene desde Murcia y es el primero en la fila de devotos que cada año rinde homenaje a la Virgen de la Angustia. Durante más de 40 años, ha sido fiel a esta tradición, no solo por su inquebrantable fe, sino para honrar a su abuela, quien también solía abrir el cortejo. «Desde niño, he seguido sus pasos; abrir el camino hacia la virgen es una tradición que jamás se perderá», expresa con emoción.
Este hombre, cuya logística es un arte para ser el primero cada año, no falta a la cita, compaginando trabajo y devoción. «Es un sacrificio, pero cada año regreso para agradecer lo bueno que nos brinda la vida». Y no solo eso, cada celebración trae sorpresas, como una petalá gigantesca que espera en la Plaza de Pasiegas, un gesto de profundo amor y la devoción que siente en su corazón y que este año a preparado con cariño.
La forma en que expresan estas promesas es diversa y refleja la individualidad de cada persona. Algunos, por ejemplo, pueden optar por realizar una peregrinación, mientras que otros prefieren actos más íntimos, como rezar en casa o compartir su historia con amigos y familiares. No hay un formato «correcto», ni una manera estándar que todos deban seguir; cada promesa se forja en la intimidad del corazón, y así se convierte en un testimonio de la conexión que existe entre el devoto y su fe. Lo que nunca cambia es que la Patrona de Granada siempre tiene su primer tramo en la procesión cargado de historias y plegarias.
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