Un profesor entregado a los alumnos hasta los 70 años
El docente de Biología del IES Severo Ochoa repasa su trayectoria tras despedirse entre las muestras de cariño de alumnos y compañeros
Sus alumnos de 2º de Bachillerato del IES Severo Ochoa lo tenían todo planificado desde su llegada al centro, justo el día que cumplía los ... 70 años. Dos de ellas le entretuvieron a su llegada para dar tiempo a sus compañeros hasta que el laboratorio donde ha impartido clase estaba convenientemente adornado con globos y notas de felicitación escritas en la pizarra. Tras recibirle con un ¡sorpresa! y un sonoro aplauso le colocaron la banda con el letrero de 'Feliz jubilación'. Después, el profesor salió del aula que cerraría por última vez. A continuación iniciaba emocionado 'el paseíllo', abrazando a diestra y siniestra a sus pupilos y compañeros, desde la segunda planta hasta la entrada. por entre una doble fila de estudiantes que le aplaudían mientras lanzaban ¡bravos! y ¡vivas! que se prolongaron durante cinco minutos. Luego, con palabras entrecortadas, el profesor agradeció la despedida.
Tras 45 años en las aulas, la edad le obligaba a jubilarse el mismo día de su cumpleaños
De esta manera, el profesor José Manuel de Toro Cervilla, licenciado en Biología por la UGR en 1978, despedía su dilatada labor docente que se inició en 1980, cuando con 25 años, el 16 de julio de 1980, obtenía su plaza de profesor en el Instituto de Albuñol, donde ejercería como docente hasta 1985 y en el que ejercería las funciones de director, secretario, jefe de estudios, e incluso conserje al mismo tiempo. En el año 1985 lo destinan al IES Hispanidad de Santa Fe, en el que permanecería hasta 2006. En ese curso obtuvo plaza en el IES Severo Ochoa de Granada donde ha permanecido hasta su jubilación forzosa. Además de su profesión, durante varios años ha sido profesor tutor del máster de Educación Secundaria y Bachillerato de la UGR y junto con otros cuatro profesores de Biología y Geología ha escrito dos libros titulados de 'Campo por Granada', 1 y 2, con itinerarios y rutas de senderismo por distintos rincones de la provincia.
«Volvería a repetir»
Pese a haber aguantado hasta los 70 años, José Manuel de Toro reconoce que le ha costado mucho tener que abandonar la docencia y que le hubiera gustado terminar el curso con sus alumnos. De hecho lo ha intentado incluso desplazándose a la Delegación. Tiene muy claro que «la docencia es una de las profesiones más bonitas que hay en el mundo. Poder enseñar, inculcar conocimiento y valores es una cosa maravillosa», afirma con rotundidad este profesor que ha sabido mantener contactos con estudiantes y compañeros de los tres centros en los que ha trabajado. Nacido en Mataró (Barcelona) con dos años su familia se instaló en Granada. Desde pequeño le gustó enseñar y lo demuestra con la anécdota del juego que realizaba con sus amigos consistente en que cada uno simulaba una profesión siendo en su caso siempre la de profesor. «Ahí yo ya tenía el gusanillo y el gusto por la enseñanza se me fue incrementado», comenta antes de añadir que las ciencias siempre estaban entre sus asignaturas preferidas.
Tras 45 años de docencia, los últimos 19 en el IES Severo Ochoa, indica que «la verdad es que he estado muy a gusto pues me he dedicado exclusivamente a lo que a mí siempre me ha gustado que es la docencia». como una de sus claves el respeto a sus alumnos e intentar impartir la docencia de la forma más cercana posible, donde cabe un poco de humor para conectar con ellos. Tan agradecido está a su profesión que no duda en afirmar que «volvería a repetir enteramente» y todo ello, a pesar de que, desde su punto de vista, las numerosas leyes de educación «la han empeorado porque han bajado lo que es el contenido de determinadas materias, entre ellas la de biología y se ha incrementado mucho la burocracia, aparte de facilitar en demasía el aprobado al poder pasar de curso con suspensos. Las leyes educativas no puede ser un juego político, deben consensuarse con gente que sepa de la docencia», afirma.
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