Juicio por el crimen de Juncaril
Los profesionales de la prisión de Albolote no apreciaron síntomas psicóticos en el acusadoUn nuevo informe forense propuesto por la fiscal descarta que el preso tenga esquizofrenia y concluye que es un simulador
La intervención de los últimos testigos y peritos ha centrado la tercera sesión del juicio a Juan Francisco T. M. por el crimen de la ... joven Ana Elena G. G., la trabajadora agredida mortalmente el 5 de febrero de 2021 en las oficinas de la empresa del padre de aquél, sita en el Polígono de Juncaril. Esta parte de la vista será clave para el desenlace del proceso, pues los jurados que están enjuiciando al acusado habrán de determinar, en función de las conclusiones que escuchen de unos y de otros, si cometió su brutal acción criminal en el transcurso de un brote psicótico.
La familia de Ana Elena tiene claro que no. De hecho, este jueves han colocado bien visible en Plaza Nueva una lona con la leyenda «No es un enfermo mental, es un asesino». Los abogados de las acusaciones particulares que ejercen los padres y el hermano de la chica, Rafael López Guarnido y Francisco García Ballesteros, respectivamente, están asimismo convencidos de que Juan Francisco fue consciente de lo que hacía. Por eso han incidido en extremos muy concretos durante el interrogatorio de los profesionales del Centro Penitenciario de Albolote que examinaron al reo justo tras su ingreso en prisión.
Entre ellos ha desfilado ante el Tribunal del Jurado y su magistrado presidente, Jesús Lucena, el médico que explora a todos los internos tras ingresar en Albolote. Este testigo ha afirmado que cuando reconoció al procesado el 6 de febrero -al día siguiente del crimen- lo vio «total y absolutamente normal».
«Me dio la impresión de que intentaba simular algunos síntomas», ha aseverado el doctor, a quien Juan Francisco le llegó a indicar «que había tenido un hijo con Britney Spears». También le contó que había sido «la pirámide de Horus» la que le había obligado a hacer cosas.
«Me dio la impresión de que intentaba simular algunos síntomas»
Médico de la prisión de Albolote
Testigo
El facultativo ha subrayado que «en ningún momento» tuvo la sensación de que el preso estuviera alucinando o delirando y, aunque su discurso era «raro», a él no le cuadraba con que tuviera un trastorno psicótico activo. Además, advirtió la posibilidad de que aquellas manifestaciones pudieran enmarcarse en una estrategia de defensa. En cualquier caso, lo derivó al psiquiatra del penal. «Por si veía algo que yo no vi».
Este psiquiatra ha sido interrogado justo después del médico. En su caso, examinó al acusado el 8 de febrero allí también, en la cárcel. Se trató de «una entrevista clínica», durante la que Juan Francisco le reveló «que había matado a una persona», así como que le hacían «mobbing». Pero cuando el especialista trató de abundar en ese supuesto acoso laboral, la conversación se truncó.
«Dijo que no quería seguir hablando», ha señalado el psiquiatra, tras recalcar que el interno «no presentaba signos o síntomas de trastorno mental grave en ese momento». De hecho, no lo medicó porque no lo vio necesario. También ha indicado el experto que el acsuado le comentó que antes tomaba droga (cocaína) y que había interrumpido su consumo dos meses antes.
Móvil y llaves
A preguntas de la fiscal del caso, Nuria Lázaro, el experto ha admitido que «no es común» que una persona que sufre un brote psicótico fuerte actúe en tan poco tiempo con tranquilidad y no precise ansiolíticos. Una persona que pasa por esa situación presenta, según ha declarado, una conducta «desorganizada».
«¿Es compatible con un brote psicótico llevarse un móvil y unas llaves?«, ha preguntado en este punto al psiquiatra la representante del Ministerio Público (las acusaciones sostienen que Juan Francisco se llevó ambas cosas de Ana Elena tras matarla). La respuesta ha sido: »No es lo normal«.
Tras las intervenciones de este profesional y del médico, durante las que hubo varias interrupciones por parte del magistrado presidente para desaprobar algunas cuestiones de los abogados, ha depuesto la psicóloga de la prisión provincial. Ésta emitió un informe tras examinar al preso tres días después del crimen y apreció que tenía «una comunicación completamente normal y una cognición organizada».
«Tenía una comunicación completamente normal y una cognición organizada»
Psicóloga de la prisión de Albolote
Testigo-perito
«Estaba lúcido y comunicativo», ha apuntado la testigo-perito, al tiempo que ha revelado que el reo le dijo que había matado a una chica «que se reía de él y le hacía el vacío». Ella tampoco apreció «ninguna sintomatología».
Se da la circunstancia de que la defensa de Juan Francisco, que ejerce el letrado Pablo Luna, ha lanzado una pregunta a la psicóloga que ha enojado a parte del público. «¿Sabía que la víctima era hija de un compañero suyo del centro penitenciario?» La respuesta ha sido afirmativa y el interrogante ha indignado a varios de los familiares de Ana Elena que estaban en las bancas. Entre ellos, su padre.
Autopsia
El jurado ha podido escuchar este jueves también a las forenses que practicaron la autopsia a la víctima. Éstas han precisado que la joven, de 29 años, llegó viva al hospital, pero no se le pudo salvar. Tenía «12 heridas, cinco de ellas incisas». Antes de que las forenses comenzaran su exposición, el magistrado presidente ha preguntado si estaban los padres en la sala, por si querían abandonarla. La madre de Ana Elena no se hallaba en ese momento dentro. Sí se encontraba el padre, que ha preferido quedarse a escuchar a estas peritos.
Una de las intervenciones más esperadas era la de la médico forense del juzgado de guardia que emitió aquel 5 de febrero el informe en el que apuntó a que Juan Francisco tenía «aparentemente» una sintomatología psicótica. En el anterior juicio que se celebró en septiembre por este crimen y que fue anulado por el TSJA, no ratificó su informe. Este jueves tampoco lo ha hecho.
En aquel informe indicaba que el detenido presentaba «un cuadro de ideación delirante» por las cosas que le había manifestado -que era Horus y veía pirámides-, a la vez que aconsejaba que fuera derivado a la Unidad de Psiquiatría del hospital. La forense no notó, según ha subrayado, ningún delirio ni ansiedad al hablar con él, sólo un discurso «incoherente».
Según fuentes judiciales, en contra de lo sostenido por los psiquiatras de la prisión de Sevilla I que diagnosticaron a Juan Francisco T. M. esquizofrenia paranoide, un nuevo informe forense propuesto por la fiscalía (una prueba que no se practicó en el juicio anterior y sí en la sesión de este jueves) descarta que el preso tenga una enfermedad mental y sufriera un brote psicótico, así como concluye que «está simulando».
Dicho informe ha sido ratificado por sus autores, ambos forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Granada. Este viernes, la sesión comenzará con la última pericial y tendrán lugar las conclusiones y los informes finales.
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