«Preferimos arruinarnos con el camión parado que trabajando»

Los transportistas acudieron vestidos con sus chalecos amarillos rotulados en la espalda con el nombre de la Plataforma en Defensa del Sector Transporte. Varios de estos profesionales acudieron con sus familias. Había niños e, incluso carritos de coche con bebés.

Durante la concentración previa a la manifestación atronaron los petardos. Todos los congregados hacían sonar sus silbatos y sus bocinas. Había asimismo varias pancartas. La principal, y por partida doble, iba en la cabecera de la manifestación. En ella se leía el lema de la protesta:«Por un transporte digno».

La manifestación salió pasadas las cinco de la tarde de la Avenida de la Constitución a la altura de los Jardines del Triunfo, para continuar por la Gran Vía, plaza Isabel La Católica, Reyes Católicos, Puerta Real, Acera del Darro y culminó en la Fuente de las Batallas.

Los manifestantes repartieron panfletos y pegatinas. En ellos se resumían sus reivindicaciones. Piden por ejemplo no trabajar por debajo de costes de explotación.«Para ello hemos elaborado un bonito estudio de costes», explican. Buscan el pago máximo a treinta días, «sin posibilidades de pacto en contra». Solicitan por igual un buen convenio nacional para que no haya desigualdades en salarios dependiendo del área geográfica. Además, piden que un profesional del volante se pueda jubilar a los sesenta años. «Nuestra profesión está considerada de alto riesgo», justifican. También quieren que se les reconozca como enfermedades profesionales las derivadas de su profesión, «al igual que los accidentes de tráfico cuando desempeñamos nuestro trabajo».

Asimismo, requieren del Estado seguridad y vigilancia en las áreas de descanso y en los polígonos industriales. De igual forma quieren espacios acondicionados para los conductores en los puntos de carga y descarga, «y poder satisfacer unas mínimas necesidades de alimentación e higiene». Por último, y en octavo lugar, pretenden la eliminación de la carga y descarga por parte de los conductores sin posibilidad de aplicar la cláusula de 'salvo pacto en contra'.

La situación de los transportistas, por tanto, según sus propias palabras, es completamente dramática. Como resumió el portavoz de los transportistas, «preferimos arruinarnos con el camión parado que trabajando. Necesitamos ayudas».

Durante el recorrido de la manifestación, los transportistas se detuvieron en dos ocasiones. Una fue para intensificar su pitada ante la Subdelegación del Gobierno. La segunda fue al pasar por la Plaza del Carmen, donde gritaron «Ministra dimisión. Cómprate un camión».