La Policía Local recomienda cerrar por seguridad el parque del Cuarto Real de Santo Domingo

El documento se emitió este verano, después de que saliera a la palestra la degradación que padecía el parque, que comparte medianera con el citado palacio de época Almohade. Y en él se recomienda al equipo de gobierno actual que cierre este lugar hasta que no se pueda garantizar su seguridad, algo que no es posible ahora. La Policía Local se refiere por encima de cualquier otra disquisición a las zonas que protagonizan las plataformas de madera que salpican el parque. Estas ocupan casi la mayor parte de este espacio y están conformadas por una sucesión de lamas. El problema fundamental es que en muchos casos estas se encuentran partidas o se mueven por el mal uso o el paso del tiempo, lo que representa un peligro para el paseo. Es fácil pensar en su amenaza para los tobillos viendo el estado en el que están actualmente: astilladas, con sus juntas abiertas o desaparecidas dejando al descubierto grandes hoyos o tapas de arquetas inestables.

El conjunto es un pavimento que no está a la altura de las pretensiones con las que se construyó este espacio verde, que fue pensado como un lugar ideal para un esparcimiento al estilo japonés, con el agua, la vegetación y la madera como principales elementos de atracción.

Estos problemas no son nuevos. El parque incluso llegó a tener alguna de estas zonas perimetradas por seguridad, pero estas medidas de seguridad preventivas duraron poco. Los vecinos llevan tiempo alertando del mal estado del parque junto al Cuarto Real de Santo Domingo. En la última Junta de Distrito Centro exigieron que se hiciera algo de una vez en relación a este lugar, cuyo cierre no verían mal siempre y cuando sea provisional y no definitivo. «Llevamos mucho tiempo denunciando esta situación, así que lo que queremos es que se arregle el parque, y si para eso es necesario su cierre, pues que así se haga pero con la condición de que seguidamente se garantice una fecha de reapertura», explicó el presidente de la asociación de vecinos del Realejo, Alejandro Corral.

Por su parte, es conocida la pretensión del equipo de gobierno de unir este espacio con el recinto Almohade una vez que concluyan las obras de puesta en valor de los restos arqueológicos que aparecieron. Pero mientras que esto ocurre, el parque requiere obras urgentes.

Abierto al público de 8 de la mañana a 0.45 horas, este lugar lleva unos años protagonizados por la dejadez de la Administración municipal, que es consciente de su mal estado de conservación pero hasta ahora no ha articulado una respuesta eficaz a sus problemas.

Entre ellos están los citados pasillos de madera, que han resultado una diana para los vándalos y un quebradero de cabeza para las brigadas de mantenimiento. El material no es ni mucho menos el adecuado, por lo que desde el equipo de gobierno ya se plantean sustituirlo por otro menos vulnerable. Los vecinos solicitan que así se haga, por lo menos si continúa siendo tan complicada su conservación como actualmente ocurre. Pero este no es el único problema que salta a la vista en este parque. También hay otros elementos que lucen un deterioro impropio de un espacio que se encuentra junto a un Bien de Interés Cultural (BIC). Pintadas, fuentes secas, mobiliario desvencijado o parterres secos es parte también de la realidad del parque, en el que últimamente además se puede ver cómo es usado como aparcamiento de los trabajadores de la empresa que está llevando a cabo las obras en el Palacio musulmán.

La intención del equipo de gobierno actual es realizar, con cargo al presupuesto del año que viene, una actuación que saque del ostracismo esta zona verde. Si bien en el día de ayer no avanzaron si mientras se desarrolla la obra cerrarán este sitio como sugiere la Policía.