Barrios de Granada
Polémica vecinal por la gruta de la Virgen de Lourdes escondida en GranadaUn grupo de vecinos del Barranco del Abogado reclama el uso público de esta ermita después de que su propietario haya cambiado la cerradura, quien asegura recibir a todo el que quiera visitarla
La Virgen de Lourdes se esconde desde hace más de un siglo en una pequeña gruta ubicada en el Barranco del Abogado. Allí aguarda a ... los fieles desde su fundación en 1903. Flores, velas y una fuente adornan el lugar, donde locales y turistas dejan sus donativos y al que los vecinos pueden acceder siempre que lo deseen. Eso sí, avisar de antemano es imprescindible. Las circunstancias son cuanto menos especiales en este rincón de la ciudad de Granada, donde, más que milagros, Lourdes parece haber traído dolores de cabeza.
La polémica es reciente. Durante los últimos veintitrés años no ha habido un solo poblema. Es el tiempo que Miguel lleva viviendo allí, en la casa que se encuentra en la parte superior de la parcela, que es de su propiedad desde que en el año 2001 firmó el contrato de compraventa. Se la vendieron las damas apostólicas. En el documento, incluyeron dos cláusulas nudas de pleno derecho. Contemplaban la cesión unilateral, de forma gratuita, al Arzobispado de Granada de los doscientos metros cuadrados que ocupa la gruta, así como su usufructo vitalicio.
Miguel estaba dispuesto a segregar la finca incluso si tenía que correr él con los gastos. En el momento de firmar la escritura, la historia cambió. Resulta que el terreno se integra en el Plan Alhambra, por lo que la finca es «indivisible». «No me dejaban hipotecar solo la casa, tenía que incluir la gruta. Además, el Arzobispado es una persona jurídica y no se le puede donar el usufructo vitalicio porque no se extingue nunca», explica a IDEAL. Ninguna de las dos cláusulas del contrato eran válidas.
A pesar de todo, Miguel se comprometió a mantener la ermita abierta al público. Él también es un hombre de fe y no le costaba «nada». Hizo una copia de la llave y se la ofreció a la asociación de vecinos del Barranco del Abogado, que se volcó en su mantenimiento. Empezó entonces un conflicto interno. Algunos vecinos decían que «el dinero donado a la Virgen se había gastado en otras cosas» ypretendían «restaurarla con dinero de la agrupación del barrio». Esta rechazó la propuesta. La mayoría de sus fondos provienen de subvenciones municipales para cursos de yoga e inglés, entre otros.
Se propuso entonces crear una asociación independiente para separar la gestión de la gruta. Nació así la Asociación Nuestra Señora de Lourdes del Barranco del Abogado. Sus miembros dejaron la junta directiva que representa a los residentes y arrancaron los trabajos de limpieza y culto. Todo parecía ir bien hasta que un día Miguel recibió una llamada. «Los de la gruta me dijeron que la asociación de vecinos había roto el candado. No tenía sentido porque tenían una copia de la llave, pero de eso me di cuenta más tarde», admite.
Nuevo candado
La sorpresa se la llevó cuando acabó el verano. «Los de la asociación de la Virgen de Lourdes habían cambiado la cerradura y no me querían dar una copia. Les había dado permiso para hacer algunos arreglillos, pero yo soy el titular de pleno dominio. Si alguien puede reclamarme algo es el Arzobispo, no ellos», explica el propietario del terreno. Se presentó ante el notario en el que firmó la escritura años atrás y la respuesta fue la misma: «absolutamente nudo». El Registro Civil y los servicios jurídicos del Obispado apoyaron la postura. Nadie discutía el pleno dominio.
De golpe, Miguel perdió la confianza en la asociación religiosa y volvió a cambiar la cerradura, decisión que desde hace semanas trae de cabeza a sus miembros. Llenaron la verja de carteles señalando a este vecino y pidieron apoyo a la Curia. Al no obtener respuesta, se concentraron en señal de protesta. «Ni tuya ni nuestra;del barrio», rezaba una pancarta. Su presidente, Diego García, insiste en que la parcela fue cedida a la Iglesia de Granada. El propietario reitera que las cláusulas que así lo entendían «siguen sin ser válidas»; el conflicto «no tiene sentido».
«Dicen que quiero quedarme con el dinero de los donativos, pero gracias a Dios no lo necesito. Quiero que todo el mundo pueda visitar a la Virgen de Lourdes. Los fieles solo tienen que avisarme, día y hora, y yo les abro. El cura puede entrar cuando quiera a dar misa. Si es alguien de confianza, yo le doy una llave», asegura Miguel. La asociación no acepta esta idea;quiere la llave.
El barrio del Barranco del Abogado ha pasado de parecer un pueblo a ser un núcleo de tensión. Una locura. Todo por amor, por devoción a la Virgen. Un mismo deseo mueve a todos los vecinos, pero el consenso no se aprecia en el horizante. Habrá que pedir milagros a Lourdes.
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