Los pisos turísticos expulsan a los estudiantes de la UGR al Cinturón
La Universidad advierte que algunos de los alojamientos que han visitado para acreditar su habitabilidad eran «zulos»
Andrea G. Parra
Jueves, 24 de julio 2025
El problema de la vivienda martillea cada vez más a la sociedad. El estudiantado no se libra de esos quebraderos de cabeza y en la ... Universidad de Granada (UGR), con una masa de unos 30.000 estudiantes de fuera, son muchos los que se alojan en pisos, mayoritariamente, durante el curso. La oferta de colegios mayores y residencias es mucho menor. El devenir del mercado inmobiliario y principalmente de los pisos turísticos ha hecho que los estudiantes hayan sido expulsados al Cinturón. Están siendo llevados tanto a los pueblos del Área Metropolitana como a los barrios de las afueras de la capital. El Centro no es para los universitarios; al menos cuando es para conseguir un techo donde pasar el año académico.
Esta realidad la puso encima de la mesa ayer Ana María Cruz Valdivieso, directora del Secretariado de Becas y Servicios a Estudiantes, en la entrega del sello de calidad de alojamiento a colegios mayores y residencias. Fue en un acto en el Hospital Real. En la inauguración de las jornadas de recepción de estudiantes en 2023, el rector Pedro Mercado explicó que esta acreditación exigiría requisitos de habitabilidad a pisos, residencias y colegios mayores.
El evento de ayer lo presidió el rector y también estuvieron Juan Luis Benítez, vicerrector de Estudiantes y Vida Universitaria; y Teresa Ortega, presidenta de la Comisión de Colegios Mayores y Residencias Universitarias de Estudiantes. Al margen del ceremonial de la entrega de placas y las fotografías, las autoridades universitarias contestaron a las pregunta de los periodistas sobre la tarea de encontrar casa para el curso que requiere cada vez más de un mayor desembolso por parte del estudiantado.
En la tarea de verificación y acreditación han estado, de manera más continua, este curso. Intensificaron la tarea para acreditar que cumplían los requisitos los alojamientos que visitaban. Son una minoría con la amplitud de la demanda por parte del alumnado. No obstante, han podido conocer en este servicio universitario, en la medida de sus posibilidades, el mercado. Han visto como han subido los precios en los últimos años. Y, también como algunos pisos son «zulos», advirtió Cruz Valdivieso.
El sistema de alojamiento mayoritario entre los universitarios son los pisos compartidos. Una habitación, que suele estar ya por encima de los doscientos y doscientos cincuenta euros. En ocasiones, en unas condiciones que requieren una mejora.
El rector Pedro Mercado defendió que trabajan por el bienestar de la comunidad universitaria, pero dejó bien claro que no tienen competencias ni capacidad en materia de vivienda. «La Universidad de Granada no puede ser una inmobiliaria», destacó. También descartó que la institución universitaria vaya a impulsar ninguna residencia ni colegio mayor.
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