Las piscinas privadas de Granada se quedan sin invitados por las medidas de seguridad de la pandemia

Hay que cumplir las exigentes normas de seguridad sanitarias, lo que hace en la práctica imposible que ningún vecino de la urbanización o residencial pueda permitirse el lujo de invitara a algún amigo a darse un chapuzón para refrescarse de los rigores del verano. Quedará como un recuerdo de otros tiempos de antes de la pandemia.

En efecto, aunque este verano la situación está mucho mejor que la del verano pasado, las normas de la pandemia de obligado cumplimiento tienen que seguir aplicándose a rajatabla. Si el verano pasado llegaba con unas restricciones en los aforos de hasta un 30%para este tipo de piscinas privadas en zonas residenciales, este verano del año 2021 el aforo acaba de pasar a ser del 100%, aunque las últimas noticias de contagios en Granada capital pueden retrotraer otra vez el nivel de alerta sanitaria al la fase 3, con lo que habría que aplciar un aforo del 75%.

Pero hay problemas que van a seguir existiendo generados precisamente por esta limitación. Rafael Martín Ambel, presidente del Colegio Oficial de Administradores de Fincas, confirma al respecto que «la presencia de personas ajenas en las piscinas se puede regular, pero lo normal es que apliquen la no presencia».

«Es que el tema de las personas invitadas es muy importante. Hay que regularlo muy bien. La mayoría de las comunidades de propietarios –comenta–, están directamente prohibiendo a los invitados, que es una decisión bastante lógica en estos tiempos de pandemia».

Hay que tener en cuenta, explica, que estamos hablando «de unas instalaciones que por definición son piscinas privadas de uso colectivo, así, por decreto».

El presidente del Colegio Oficial de Administradores de Fincas explica que hay que tener en cuenta tres cuestiones importantes a l ahora de utilizar estas piscinas privadas. La primera es que la distancia de seguridad obligatoria es de metro y medio.

La segunda es que el uso de la mascarilla es obligatorio, excepto para el baño y estancia de descanso, pero guardando la distancia de seguridad. Además, es la tercera, los espacios cerrados, como vestuarios y baño, tienen que ser limpiados y desinfectados una vez al día, al inicio del horario de apertura.

Hay que tener en cuenta, añade, que el tema de las piscinas se regula por la normativa autonómica o municipal, «pero luego las comunidades de propietarios pueden tener sus propias normas de régimen interno que regulen el uso de las instalaciones para garantizar la buena convivencia».

Por esta razón, estas normas de higiene y seguridad tienen que estar perfectamente expuestas con cartelería visible. De igual forma, respecto a los horarios y fecha de apertura, siempre lo regula la propia comunidad de propietarios. No hay una normativa más alta que lo regule. Tienen la capacidad de decidir la apertura y el cierre».

Hay que saber también que si la vivienda está alquilada, el arrendador y el arrendatario no pueden coincidir. «Cuando alquilas pierdes tus derechos. Es el arrendatario quien debe disfrutar de los bienes e instalaciones comunes». Luego está el capítulo de gastos.Para empezar, haya pandemia o no, el análisis de agua cuesta entre 500 y 600 euros mensuales. Y un servicio de limpieza antes del inicio de las actividades, entre 800 y 900 euros al mes, que hay que añadir a los gastos de comunidad.