Piden la retirada de los contenedores de una calle del Zaidín por mal olor e insalubridad

«Nuestra calle, estrecha y con mucho tráfico, sufre las constantes deposiciones incontroladas de todo tipo de residuos por parte de ciudadanos incívicos. En una vía con aceras ya de por sí casi impracticables, la situación se agrava por aquellos ciudadanos que depositan su basura sin ningún tipo de consideración», denuncia Francisco Javier Ortiz en la plataforma online.

Los afectados aseguran que estos contenedores son innecesarios, porque en las calles aledañas hay suficientes cubos para todo tipo de residuos. En Santa Rosalía, una vía paralela al río, muy estrecha y con un intenso tráfico, hay actualmente contenedores amarillo, verde y azul y dos de basura (resto), pero a su alrededor se acumulan colchones, muebles y todo tipo de basuras, tal como muestra la fotografía que acompaña la petición. «La retirada de estos contenedores no supondría ningún perjuicio para los vecinos», asegura.

«Es un problema que afecta a nuestra salud y a nuestra calidad de vida y es un peligro real e innecesario para todos los que vivimos y trabajamos aquí», subraya Ortiz. «Hay ocasiones en las que tienes que elegir entre ir por la acera sorteando basuras o jugártela con los coches en la calzada», agrega.

«Nuestra comunidad escolar infantil de Santa Rosalía, las hermanas que allí viven y todos los viandantes se ven afectados diariamente. El colegio incluso tiene que mantener algunas de sus ventanas cerradas por la cercanía al contenedor y el mal olor continuo», relata.

Fuentes del colegio infantil así lo confirman a esta redacción. Según explica una de las monjas de la congregación de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús, el aula de las cunas, en las que se cuida a los bebés, da directamente a la zona de los contenedores y debe permanecer cerrada para evitar que entren el mal olor y las moscas. «En verano nos vamos a asfixiar», comenta una hermana.

Las monjas reclamaron hace unos años al Ayuntamiento que pusiera solución al problema de los contenedores, pero no hubo respuesta. Desde que comenzó este curso han venido enviando quejas a los servicios municipales, algunas documentadas con fotografías, pero siempre les han pedido que esperaran a que cambiara la empresa concesionaria del servicio.

El consistorio sí respondió rápidamente cuando se detectó la presencia de ratas en la zona, muy cercana al río Monachil, y se aplicó un tratamiento para eliminarlas. Sin embargo, no se solucionó el problema de la acumulación de basura en torno a los depósitos de basura.

Incluso han recibido quejas de los padres de los bebés y niños, que tienen dificultades para llevarlos al colegio. «Hace unos días tuvimos que ayudar a un señor en silla de ruedas que no podía pasar por la acera, que estaba llena de basura. Tuvimos que parar el tráfico para llevarle a la otro lado de la calle», relata otra hermana.

El problema se agudiza por la presencia de indigentes que rebuscan en los contenedores y sacan los desperdicios, pero no los vuelven a depositar, lamentan.

El gobierno municipal, consultado sobre esta denuncia, no ha querido hacer ningún comentario.