La UGR pide financiación europea para recuperar las choperas de la Vega
Este cultivo absorbe gran cantidad de carbono, mejora el suelo y produce una madera cada vez más demandada para la bioconstrucción
Inés Gallastegui
Granada
Lunes, 5 de octubre 2020, 00:53
Un consorcio encabezado por la Universidad de Granada presenta el próximo martes al programa LIFE de la Unión Europea la candidatura 'Madera para el Futuro' ... , un proyecto de recuperación de las choperas de la Vega de Granada que cumple el doble objetivo de contribuir a la lucha contra el cambio climático mediante la absorción de carbono de la atmósfera y de fomentar el desarrollo económico local con la implantación de una industria rentable e innovadora.
El proyecto, al que ya se han sumado unos 25 selvicultores con más de 200 hectáreas, tiene un presupuesto de 3 millones de euros, de los que, en caso de aprobarlo, la UE aportaría el 55%. El resto lo pondrían los socios: junto a la UGR, la Diputación, la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España, la spin off 3edata y la Plataforma de Ingeniería de Madera Estructural de la Universidad de Santiago de Compostela.
Antolino Gallego, catedrático de Física Aplicada en la ETS de Ingeniería de Edificación de la UGR, es el coordinador de 'Madera para el Futuro. Recuperación de las alamedas de la Vega de Granada para la mejora de la biodiversidad y el secuestro de carbono a largo plazo en bioproductos estructurales'.
Gallego resalta que las choperas no son solo una fuente de ingresos para selvicultores y madereros; son un 'buen negocio' para la naturaleza. Sin embargo, en las últimas dos décadas han ido desapareciendo de las zonas en las que tradicionalmente se cultivaban y han sido reemplazadas por cultivos intensivos como el ajo, el espárrago y el olivo, de rentabilidad anual pero mucho más dañinos para el aire, la tierra y el agua.
Granada era hasta comienzos de este siglo la segunda provincia del país en superficie de chopo cultivado, con unas 12.000 hectáreas, solo por detrás de León. Entonces, el arbolado de esta especie en territorio granadino producía oxígeno para 1,7 millones de personas y era capaz de absorber el 85% de las emisiones de CO2 de todos los coches de la provincia. Hoy esas cifras se han reducido en un 75%.
Esa gran capacidad de secuestrar carbono y, por tanto, de mitigar el cambio climático, se debe a que es una especie de rápido crecimiento. Pero sus beneficios ambientales no acaban ahí, enumera el experto: las choperas son capaces de refrescar su entorno, al bajar la temperatura en verano entre 3 y 6 grados. Sus raíces son excelentes depuradoras de aguas contaminadas por nitratos, que utilizan como abono para crecer, evitando que ensucien los acuíferos. En comparación con otros cultivos, atraen una gran biodiversidad, tanto vegetal como animal, y previenen la erosión.
Pero a pesar de esa larga lista de ventajas 'verdes', la superficie ocupada por las choperas en nuestra provincia ha disminuido en caída libre en los últimos años: hoy apenas quedan unas 3.000 hectáreas, repartidas sobre todo en la Vega de Granada y la zona norte de la provincia.
El principal motivo de esa caída es la baja rentabilidad de la madera, que casi siempre se utiliza para fabricar cajas de fruta y palés. Baja y lenta, porque el selvicultor tarda unos diez años en sacar dinero de una chopera.
'Madera para el Futuro' quiere revertir todo eso. «El sector no puede estar basado únicamente en la producción de materia prima, sino que debe basarse también en a transformación hacia productos desarrollados con la participación del conocimiento científico, en coordinación con la visión empresarial y expertos del sector», explica su coordinador.
Economía circular
De ahí la importancia de las investigaciones del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA), para la mejora de la calidad de la madera mediante la selección de clones, y en la ETSde Edificación, donde se desarrollan productos para la construcción sostenible, como la madera microlaminada y contralaminada, las vigas laminadas o los paneles de techo y suelo, algunos de los cuales podrían ir reforzados con desechos de la industria aeronáutica y automovilística, como los residuos de fibra de carbono. Así se contribuiría a reducir la huella ecológica del sector de la construcción –uno de los más contaminantes– y a potenciar la economía circular.
El primer paso, crear una agrupación de ecoproductores
Uno de los primeros objetivos de 'Madera para el Futuro' es la creación de una agrupación de ecoproductores «que canalice un plan sostenible de replantación con una selvicultura orientada a la obtención de madera certificada de calidad». Otra propuesta es la creación de un vivero de plantas madres certificadas en los viveros de la Diputación en Fuentevaqueros. Hay que tener en cuenta que, cuanto mayor es la sección del tronco y menos nudos o imperfecciones tiene, mayor calidad tienen las láminas o las tablas de 'Populus', el 'árbol del pueblo'.
Finalmente, el objetivo es impulsar «una industria local que dé servicio a una construcción de cero residuos, consumo energético casi nulo, uso de productos de proximidad y máximo secuestro de carbono».
La próxima convocatoria del Programa de Medio Ambiente y Acción por el Clima (LIFE) de la Unión Europea se resolverá en torno a mayo de 2021, por lo que, si el proyecto granadino es aprobado –lo hacen en torno a un 20% de los presentados–, podría comenzar a desarrollarse en septiembre.
Además de los socios, detrás del proyecto se encuentran también el IFAPA, la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), el Instituto de Tecnología de la Construcción (ITeC), el grupo Construcción con Madera de la Universidad Politécnica de Madrid y la organización granadina Salvemos la Vega-Vega Educa.
No hay que olvidar, subraya Antolino Gallego, el valor social y cultural de las alamedas de la Vega, que son también un paisaje emocional. «Creo que mi sitio está entre estos chopos musicales», escribió Federico García Lorca en 1921.
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