La granadina Peñagallo tiene patatas para «un par» de semanas y una alternativa al aceite de girasol
La huelga del transporte y el desabastecimiento del aceite ucraniano dificultan la producción de la empresa de Dúrcal
Ángel Mengíbar
Jueves, 24 de marzo 2022, 14:49
La producción de fritos en España está patas arriba. La escasez del aceite de girasol procedente de Ucrania y la huelga nacional de transportistas han ... provocado que el sector se resienta sobremanera y vuelva a reinventarse. Es el caso de Peñagallo, empresa especializada en la producción artesanal de patatas fritas y afincada en la localidad granadina de Dúrcal. Ante la imposibilidad de hacerse con su oro líquido habitual, ha encontrado una solución provisional en otro tipo de aceite: el de orujo de oliva.
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«El aceite de orujo nos ha permitido continuar con la producción de patatas fritas», explica el gerente de Peñagallo, Juan Antonio Melguizo, a IDEAL. «La realidad es que no estamos teniendo problemas de desabastecimiento de aceite a pesar de la situación de Ucrania. A día de hoy el de orujo es la alternativa más fiable, aunque nuestros proveedores siguen en la búsqueda de otras opciones».
El aceite de orujo destaca por ser «más insípido» que el habitual de oliva o el de oliva virgen. Por ello, la patata no coge demasiado sabor y el consumidor no nota gran diferencia con respecto al producto fabricado con aceite de girasol. «El aceite de orujo cuenta con un valor calórico superior y aguanta más que el de girasol. De cara al cliente no hay cambios significativos», indica el gerente.
Los fabricantes sí que notan el sobrecoste que conlleva el uso del aceite de orujo. «El último pedido que nos ha llegado ha rondado los 3'30 euros el litro, mientras que a finales de febrero el litro de aceite de girasol se establecía en 1'30 euros». Se trata de una diferencia cercana al triple de precio que se ha instaurado en el mercado en menos de un mes, lo que ha generado la toma de medidas por parte de la empresa.
«Hemos tenido que subir el precio de nuestros productos. Aunque una bolsa de patatas no vale mucho, al final el cliente lo nota. Al no ser un producto de primera necesidad, el cosumidor deja de comprarlo», argumenta Melguizo. La incertidumbre es máxima en un escenario que cambia cada día. Aunque el aceite de orujo permite a Peñagallo proseguir con su producción, otro factor pone en jaque las expectativas de la empresa.
Ausencia de patata cruda
La huelga de los transportistas ha dejado esta semana a la fábrica de Dúrcal sin una nueva remesa de patata cruda. «Estamos trabajando gracias al suministro que teníamos en stock. La semana pasada sí pudimos recibir el envío, con lo que tenemos patatas como para mantener nuestro ritmo habitual de producción durante un par de semanas más».
El problema de verdad llegará si el Gobierno no alcanza un acuerdo con el sector del transporte y la huelga se prolonga en el tiempo. «Actualmente tenemos varios palés de nuestro producto paralizados sin poder llegar a su destino. Si no podemos ni fabricar porque no nos llega materia prima, ni tampoco distribuir, no nos quedará más remedio que parar», concluye el gerente de Peñagallo.
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