La pastelera ucraniana que llegó a Granada por la guerra: «Hago pasteles que nadie tiene»

Como tantos otros ucranianos, Alina se vio obligada a abandonar su país natal por la guerra. Y en la búsqueda de una situación más tranquila para ella y su familia, encontró en Granada su nuevo hogar. Y desde hace unos pocos meses la ciudad de la Alhambra no solo es la ciudad en la que reside, sino también en la que ha hecho realidad uno de sus sueños: montar su propia pastelería.

Se trata de Honey, que se ubica en la calle Moral de la Magdalena. Un lugar que está especializado en la venta de repostería creativa de alta calidad pero que es mucho más que un obrador de pastelería. Para empezar, porque además de preparar encargos de tartas y postres también cuentan con una pequeña mesita para disfrutar de un café tostado en Monachil junto a sus dulces. Y, además, porque una vez a la semana el espacio se transforma en un taller en el que Alina ofrece formación en pastelería a niños y adultos.

«Vine a Granada por la guerra, mi hijo tenía solo un año entonces. Una vez aquí empecé a pensar qué podía hacer y cómo podía aportar algo bueno a la ciudad», explica la ucraniana a IDEAL. Ella quería traer a Granada algo que no hubiera aquí. Así fue como surgió la idea de hacer realidad Honey. «Vi que en Granada había dulces y postres buenos, pero que faltaba más repostería de calidad. En mi país nos gustan mucho los dulces así que pensé que sería buena idea ofrecer postres no tan conocidos aquí, creativos, diferentes e interesantes».

Con esa idea consiguió abrir las puertas de su obrador el pasado mes de septiembre y desde entonces cada día cuenta con más amantes de sus dulces. «Cada día es una pelea para sobrevivir pero me gusta que cada vez haya más clientes que regresan a la pastelería. Nuestros postres no son tan baratos como los de otros lugares pero son diferentes y de gran calidad», argumenta.

Si algo tiene claro Alina es que prefiere ofrecer un producto que sea verdaderamente «especial» y en el que prime la calidad que uno más económico pero que sea peor. Bajo esa premisa, prepara a diario de todo: tartas para bodas por encargo, rollos de canela, tartaletas de limón, galletas… Sin olvidar sus productos estrella como el pastel de Granada, el de miel o el de AOVE y gel de naranja, tres dulces «muy interesantes» y que «no los hay iguales en Granada».

Aunque los inicios no han sido fáciles, la pastelera tiene claro que quiere ir creciendo poco a poco con su obrador hasta convertirse en un referente para la ciudad. «Ya salté de un país a otro y nuestras vidas pueden volver a cambiar en un segundo. He aprendido a vivir en el ahora y a seguir adelante», finaliza.

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