El Parlamento respalda la candidatura para acoger la Agencia de Salud Pública

Los 104 votos a favor que recabó la iniciativa no reflejan, sin embargo, la evidente división entre las formaciones a cuenta de la gestión sanitaria en Andalucía, una polémica que convulsionó el debate y estuvo a punto de hacer descarrilar la medida. Como admitió el propio proponente, el parlamentario Jorge Saavedra, los populares tuvieron que hacer cambios en el texto de última hora para conseguir el apoyo de Por Andalucía.

La proposición ponía el foco sobre la idoneidad de Granada para albergar la nueva agencia estatal y reconocía como «uno de los polos tecnológicos de la salud más importantes no solo de Andalucía, sino también de España y Europa». Entre otras fortalezas, señalaba al PTS como un parque «de elevador poder de impulso empresarial e innovador» y aludía tanto al «prestigio» de la UGR como de los recursos sanitarios «públicos y privados» de que dispone la ciudad. También enumeraba a otros agentes importantes en el «entramado científico, investigador, docente y divulgativo» de Granada, como los hospitales Virgen de las Nieves y San Cecilio, el Instituto de Investigación Biomédica, el Centro Genyo o la Fundación Medina. El texto, no obstante, se detenía con especial interés en la Escuela Andaluza de Salud Pública, considerada el baluarte de la candidatura. La alusión, obligada, sembró de clavos el camino de la proposición, toda vez que la gestión del centro enfrenta a populares y socialistas desde la legislatura anterior.

Durante el debate, la socialista María Ángeles Prieto, que ha sido profesora del centro durante más de 30 años, reprochó a los populares la tramitación de una ley «que extinguirá» la escuela al incluirla en un instituto de nueva creación y tildó la iniciativa para apoyar la candidatura de «farsa». La dirigente criticó que, con esa medida, «la Junta deja a Granada sin la principal ventaja competitiva» y advirtió de que si la agencia no viene finalmente, los «principales responsables» serán los populares. La responsable confirmó el voto a favor de su formación, aunque exigió «compromiso» al Gobierno autonómico para evitar la «extinción» de la escuela. «Si no lo hacen, ponen en peligro la candidatura», insistió.

El proponente, por su parte, afeó el «tono bronco» de la socialista durante el debate y cuestionó la sinceridad de su apoyo. «Si apoya a Granada», dijo, «lo disimula muy bien». Saavedra insistió en que «la extinción de una forma jurídica no quiere decir que se extinga la escuela» y manifestó que «lo importante», a su juicio, «es que siga realizando sus funciones y siga en Granada». En ese sentido, puso énfasis en los datos de actividad del centro, que, como recordó, han aumentado un 3% en el último ejercicio y se han triplicado desde 2019. «Eso es lo que les duele», recalcó antes de acusar a los socialistas andaluces de «haber recibido una orden de Sánchez de que la agencia no estará aquí». Más allá del enfrentamiento, el parlamentario subrayó las bondades de la candidatura de Granada, «que puede ofrecer muchísimo en IA y en Salud Pública». Saavedra pidió «transparencia» al Ejecutivo en la decisión sobre la sede y llamó a la unidad. «Si vamos todos a una, todos podríamos ganar», insistió.

Vox, por su parte, puso el foco sobre el Gobierno. Durante su intervención, la parlamentaria Cristina Jiménez cuestionó la gestión de la pandemia por parte del Ejecutivo y remarcó la voluntad de su partido de «derogar las injustas y perniciosas leyes» que ha aprobado en las últimas dos legislaturas. Respecto a la candidatura, aseguró que Granada «cumple con los méritos de sobre» y aludió al «poder innovador y empresarial» del PTS, el prestigio internacional de la UGR o el reconocimiento que concita la Escuela de Salud Pública y, como los populares, demandó al Gobierno que el proceso de selección de la sede cuente «con el máximo rigor y transparencia».

Por Andalucía, como el resto de fuerzas, también mezcló aplausos y críticas en su discurso. Alejandra Durán cuestionó el «compromiso» de los populares con la Escuela de Salud Pública y criticó el «tratamiento» al centro al exponer el «desmantelamiento de servicios» y su control, «que ya depende de Sevilla». La dirigente, más allá, reivindicó la «idoneidad» de Granada, que ejemplificó en la acción del PTS, de la Universidad y de la propia escuela, y llamó a contemplar el proceso de selección «no como una competición». «Se debe elegir», dijo, «a aquella que reúna todos los requisitos y Granada lo hace sobradamente. No hay más».