Los pantanos desembalsan también en verano para preservar ríos y regadíos
El agua sólo dejaría de salir de los embalses en caso de que hubiese problemas para el abastecimiento humano, aunque las dotaciones varían según el nivel
¿Por qué se desembalsa agua en verano? Durante el periodo estival, a pesar de que se reduce el agua embalsada, es habitual que los ... ciudadanos sigan viendo como se desembalsa. ¿Se están desperdiciando recursos hídricos? La respuesta es que no. Se trata de un asunto técnico, que tiene como objetivo que pueda usarse para el regadío, pero también mantener lo que se denomina el caudal ecológico de los ríos, que es imprescindible para preservar la flora y la fauna. Eso sí, no siempre se expulsa la misma cantidad agua. Para eso, la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) se reúne para analizar las pluviometrías y decidir cuántos hectómetros se pueden expulsar para el regadío, por ejemplo. De hecho, en la provincia de Granada, el desembalse aprobado para 2025 ha sido menos del que les hubiera gustado a los agricultores, porque es una de las zonas en las que menos ha llovido. Ahora mismo, los embalses granadinos está casi a la mitad de la media nacional- en torno al 36%-y es la segunda provincia en la que menos agua tienen de toda Andalucía.
José Miguel Larios es inspector mediombiental. Explica que la única razón para que se frene el desembalse de agua es que haya problemas de abastecimiento para los ciudadanos. Eso siempre es lo prioritario. Pero mientras que el agua para beber esté garantizada, los técnicos analizan cuánta agua se puede desembalsar para mantener unos niveles mínimos de caudal en los pantanos. Precisa que por un lado está la necesidad de preservar la flora y la fauna de los ríos, lo que se denomina el caudal ecológico, y por otro el desembalse para regadío.
En una línea similar se pronuncia Sergio Martos, de hidrogeólogo del IGME, que apunta que aunque su campo de estudio son las aguas subterráneas, los desembalses que se hacen en periodos estivales cuando el nivel de los pantanos no es alto es por regadío o para los ríos. También se hacen desembalses técnicos en periodos de lluvias por motivos de seguridad.
En función de las precipitaciones de los meses de septiembre y octubre, se podrá autorizar además un desembalse complementario de hasta 50 hectómetros cúbicos para completar el desarrollo de los cultivos de otoño durante el mes de octubre
Precisamente para determinar los niveles de desembalse para regadío, en abril de este año, se reunió el pleno de la Comisión de Desembalse de la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), en el que se aprobó el desembalse de 1.200 hm³ para el riego en el Sistema de Regulación General (SRG) durante la campaña 2025, que se extiende desde el 1 de mayo al 30 de septiembre. La CHG indicó, asimismo, que en función de las precipitaciones de los meses de septiembre y octubre, se podrá autorizar además un desembalse complementario de hasta 50 hectómetros cúbicos para completar el desarrollo de los cultivos de otoño durante el mes de octubre.
Menos agua para el campo
Los agricultores de Granada fueron de los más perjudicados de esas cotas. La comisión de la CHG indicó en ese momento que las zonas regables de la provincia de Granada son las que tendrían mayores restricciones al no haber mejorado en la misma proporción la situación de las reservas hídricas en esos sistemas por falta de precipitaciones. Y es que aunque muchos tuvieron la sensación de que marzo fue un mes muy lluvioso, los datos de las pluviometrías que analizó la confederación demostraban que las cantidades no habían sido suficientes.
En aquel momento se confirmaron los peores augurios para los regantes, que en la Vega tuvieron que renunciar a uno de sus cultivos para repartir el agua. Fue la forma de optimizar los recursos hídricos, aunque, a cambio, los afectados, más de mil, el 60% de todos los de la Vega, tendrán menos ingresos este año. La situación ya se había dado en 2023.
Así las cosas, aunque los embalses de Granada se encuentren a un nivel inferior al de la media de la última década, nadie tiene que extrañarse si ve que el agua se sigue desembalsando. No es una pérdida, es una forma técnica de aprovechar al máximo unos recursos hídricos que son oro para el campo, los ciudadanos y la naturaleza.
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