La pandemia da un respiro a las residencias de Granada, donde solo queda una medicalizada

Aunque se había trabajado muchísimo durante los meses previos, en Granada acabó entrando el virus en muchas de ellas cuando la transmisión comenzó a descontrolarse en la calle. Y en algunos casos lo hizo de forma imparable, casi a niveles similares de una primera ola en la que no hubo piedad para los mayores. Durante aquellos primeros meses de pandemia se reclamaba la medicalización como casi el único antídoto que libraría a estos lugares de todo mal posible.

Cuando el virus a pesar de los test y los controles de acceso que se hacían entró en esta ola sin avisar en las residencias, algunas requirieron ser medicalizadas por la virulencia de sus brotes. En total fueron once, alrededor del 10% de todas las que hay en la provincia. Se les tuvo que prestar apoyo sanitario continuo en colaboración con los hospitales de referencia. En parte por la demanda de asistencia médica debido al aluvión de infectados, pero sobre todo por las bajas entre el personal. Todas se quedaron en cuadro conforme fue avanzando el SARS-CoV-2, por lo que a la mayoría de ellas se les dotó de profesionales como intensivistas, enfermeros o auxiliares por parte de la Unidad provincial de Residencias.

La primera residencia se medicalizó en octubre. Y a partir de ahí todas las demás hasta que por fin, por ejemplo ayer, se ha podido dar inicio a la particular desescalada: la desmedicalización. Para ello ha hecho falta erradicar antes el virus. De las once, se ha podido hacer ya en diez de ellas. A las dos primeras se les retiró el apoyo hospitalario en la segunda semana del mes pasado. Sucedió en San Jaime, en Huéscar, y también en Vista Nevada, Ogíjares, que fueron además los primeros centros en los que hizo falta implementar estas medidas sanitarias excepcionales.

Pero el grueso del proceso de desmedicalización llegó en el día de ayer, cuando se pudo recuperar la normalidad, al menos relativamente, en otros ocho centros residenciales que habían estado muy mal a causa del virus. Estos son, de acuerdo con la información facilitada a IDEAL por fuentes sanitarias: El Refugio de Granada, Nuestra Señora de Fonseca (Peligros) y Nuestra Señora de la Misericordia (Loja); Beato Fray Leopoldo (Granada); Centro residencial Regina (Churriana de la Vega); Trinidad y Montes (Iznalloz), Perpetuo Socorro (Santa Fe) y El Balcón (Cúllar Vega).

Estos recursos socio sanitarios sufrieron como pocos el embate del coronavirus. Algunos llegaron a superar en su momento el centenar de casos. Y en todos ha habido muchos problemas con el personal entre contagios y aislamientos. De ahí que necesitaran tirar del apoyo total del SAS. Hoy estas residencias han logrado dejar su casillero con un 'cero' en positivos, y lo más importante es que sus empleados están volviendo ya a sus puestos de trabajo.

A pesar de que estas residencias han logrado retomar las dinámicas ordinarias de su día a día, desde la Unidad de Residencias han establecido unos protocolos de actuación que permiten no tener desasistidas a ninguna de ellas. Actualmente se cuenta con un equipo de 19 profesionales de enfermería, que trabajan en turnos rotatorios y de los que once forman parte de unidades móviles que hacen ruta por los centros que las necesiten.

También el apoyo les llega de parte de los centros de salud, cuyos profesionales médicos, por ejemplo, también acuden a este tipo de dependencias cada semana. Y así será hasta que haga falta.

Actualmente solo una residencia de mayores continúa medicalizada. Se trata de Entre Álamos, en el municipio de Atarfe. La situación que tienen hoy ha mejorado un poco pero aún es delicada. El último balance que se realizó hace dos días contabilizó 134 contagios, de los que 94 eran residentes y el resto (40), profesionales. Además, tienen a cinco mayores hospitalizados, según fuentes sanitarias.

El problema, y así lo contó IDEAL en su momento, fue el daño atroz que el virus le había hecho a la plantilla. No obstante, la dirección tuvo que pedir apoyo al Servicio Andaluz de Salud ante la imposibilidad que tenían para cubrir las bajas que les habían provocado el virus. Han pasado ya dos semanas y en este tiempo se le ha dotado de 12 enfermeras y ocho auxiliares, que trabajan en turnos rotatorios. Lo bueno es que se espera que muchos de los contagiados comiencen a dejar de serlo en los próximos días.