Más de nueve mil pacientes al año carecen de recursos al dejar el hospital en Granada
La falta de familiares que se hagan cargo de ellos, los problemas económicos o las viviendas inaccesibles les lleva a pedir ayuda a los trabajadores sociales
Era miércoles, 29 de diciembre. José Martín y María Rodríguez estaban de aniversario, 47 años casados. Por la noche irían a cenar a algún restaurante ... para celebrarlo. Esa mañana José decidió arreglar una gotera que le traía de cabeza. Cogió una escalera y la colocó junto a la pared. Se movió un poco, volvió a sujetarla mejor. Subió de nuevo y se vino abajo del todo. En unos segundos cambió el curso de su día. José cayó de talón, lo que provocó que se partiera las tibias, los peronés y los tobillos. Ahí comenzó su calvario. Fue trasladado al Hospital Clínico San Cecilio e intervenido de urgencia, pero cuando le dieron el alta no tenía una vivienda adaptada para su nueva situación. Requirió la ayuda de los servicios sociales, al igual que el 17% del total de ingresados durante 2021 en los dos hospitales de la capital.
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Los centros sanitarios cuentan con trabajadores sociales para estas situaciones. En el Virgen de las Nieves fueron encamadas el pasado año en torno a 35.000 personas, de las cuales 7.000 precisaron de ayuda de algún tipo. En el Clínico ingresaron unos 20.000 pacientes, de los que 2.300 tuvieron que ser atendidos por trabajadores sociales. Entre ambos suman más de 9.000 personas en riesgo social en Granada, por lo que se deben coordinar continuamente con las administraciones para atender estos casos, especialmente los más delicados.
Hospital Clínico San Cecilio
Francisca Valle, de 43 años, forma parte de la Unidad de Trabajo Social del Clínico, en coordinación con equipos interdisciplinares de todas las especialidades. «Acompañamos y generamos esperanza ante el bloqueo emocional que produce la aparición de una enfermedad que hay que superar o con la que hay que aprender a vivir», detalla.
Esta unidad detecta posibles riesgos sociales entre los que ingresan. Puede ser la ausencia de una persona de referencia para las comunicaciones, cambios drásticos en la autonomía, soledad, sobrecarga del cuidador que llega hasta la claudicación, problemas económicos, familiares, de vivienda, de discapacidad, violencia de género o maltrato infantil, entre otras. A partir de ahí, el hospital procede a realizar una valoración socio-sanitaria integral. «Recopilamos datos del paciente y los convivientes en la unidad familiar, los hijos o cualquier apoyo presente. Datos de la vivienda, su accesibilidad, salubridad y barreras arquitectónicas, ingresos económicos, y ayudas y recursos que reciben tanto de bienes como servicios», apostilla Francisca Valle. El perfil principal de los afectados se corresponde con personas vulnerables, especialmente ancianos que viven en soledad.
Las personas mayores que viven solas, los sintecho o aquellos que presentan problemas de adicciones son los más afectados
Con todos esos datos, en coordinación con los servicios sociales comunitarios y el centro de salud de la localidad del paciente, se ofrecen, mediante unos criterios de valoración, los recursos disponibles. «En caso de existir ya alguno, como puede ser la dependencia, se puede solicitar la revisión para adaptarlo a su nueva situación», agrega.
El equipo de trabajadoras sociales del Clínico, compuesto por tres profesionales, atendió el pasado año a más de 2.300 pacientes nuevos, y se realizaron cerca de 12.000 consultas. Para Francisca Valle, «los cambios sociales, en la familia, en el mercado laboral y el individualismo» hacen cada vez más visible esta brecha. «Se agrava de forma ascendente a mayor edad o limitaciones en la capacidad física, fisiológica y cognitiva del paciente. También coincide con la jubilación, que reduce los ingresos económicos necesarios para solventar adecuadamente los gastos de una atención inmediata», lamenta Francisca.
Hospital Virgen de las Nieves
Carmen López tiene 62 años y es trabajadora social del Virgen de las Nieves, centro al que pertenece desde hace más de tres décadas. Forma parte de un equipo transversal coordinado por la subdirección de Accesibilidad, que abarca tanto al Hospital General como al de Neurotraumatología y el Materno Infantil. «Suelen ser mayores dependientes sin soporte familiar, personas sintecho menores de 65 años y gente que presenta problemas de adicciones», añade.
Carmen explica que siempre intentan adelantarse al momento del alta. A través de un protocolo valoran la situación de los pacientes y detectan posibles dificultades que puedan retrasar la vuelta al domicilio. «Se prioriza la intervención con los pacientes que son derivados por los compañeros de planta o Urgencias», manifiesta Carmen.
Durante el año 2021, esta Unidad de Trabajo Social atendió a 19 pacientes con perfil de personas sin techo. Cuando ocurre, analizan su problemática a través de diferentes fuentes: entrevista personal; localización de familiares; análisis de fuentes documentales; historial de salud; o coordinación con ONGs, Policía o consulados, entre otros.
Diputación de Granada
En temas de dependencia, la Diputación de Granada ofrece un programa de prestación básica de ayuda a domicilio para municipios con menos de 20.000 habitantes. «Gestionamos ayuda inmediata para aquellos que lo necesiten de verdad, con el protocolo de urgencia en muy poco tiempo está resuelto», explica la diputada de Bienestar Social en la Diputación de Granada, Olvido de la Rosa.
En 2005 se acordó con la Consejería de Salud y la de Igualdad un protocolo de coordinación para altas hospitalarias con el fin de atender especialmente la dependencia. El perfil de los solicitantes suele ser el de persona mayor con alto grado de dependencia, escaso apoyo familiar para atender sus necesidades y pocos recursos económicos.
El proceso incluye varios pasos. La Diputación solicita la valoración de dependencia de la persona en cuestión y lo remite a la Junta. Esta envía una persona a su domicilio y emite un dictamen con la resolución y el grado de dependencia. En función del resultado se realiza un informe social y se pide el recurso necesario. «Puede estar enfocado a una residencia, un centro de día, ayuda a domicilio, teleasistencia… La Junta es la que tiene la última palabra cuando emite el dictamen», detalla la diputada.
Ayuntamiento de Granada
El Ayuntamiento de Granada cuenta con el Centro de Orientación y Atención social a personas sin hogar, situado en el Zaidín, con el que se ponen en contacto los trabajadores sociales de los hospitales. Comunican cuándo se va a producir el alta y estos buscan algo temporal mientras los servicios sociales estudian el expediente. «Se ofrece una solución de emergencia en albergues gestionados por entidades sociales, y si es urgente un par de noches en algún recurso hotelero mientras se gestiona la plaza en el albergue. Mientras, se va tramitando el resto de necesidades, como el tema alimentario o la ayuda de emergencia para personas mayores en caso de necesitarla», recalca Néstor Fernández, coordinador de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Granada.
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