Ómicron ya está detrás de tres de cada cuatro contagios de Granada

Ya se venía hablando desde hace un mes: el poder de ómicron residía principalmente en su capacidad para propagarse. En Granada se han secuenciado alrededor de 600 muestras desde que se identificó el primer caso el pasado 14 de diciembre. Y desde entonces se ha ido observando un ritmo de transmisión inédito, que multiplicaría por cuatro el de la cepa originaria.

No ha sido ahora, sino a finales de la semana pasada, cuando en el laboratorio de microbiología del Clínico San Cecilio, referente andaluz en esta labor junto al del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, se atestiguó la predominancia de ómicron. Una cepa que el propio consejero de Salud yFamilias, Jesús Aguirre, vaticinó ayer que será responsable de más del 95% de los casos que se den en el territorio andaluz en los próximos diez días. Su expansión, junto con las particularidades climáticas de esta época, así como las propias de las fechas navideñas, es la que está tirando de la curva de la sexta ola.Un periodo de crecimiento del virus que ya amenaza con superar con creces a los vividos en los meses anteriores de la pandemia. Al menos en cuanto al índice de contagios.

Las tasas están disparadas. La cadena de infecciones es cada vez más vigorosa. Los datos del Instituto de Estadística yCartografía de Andalucía (IECA) así lo corroboran. En la provincia se ha triplicado la incidencia acumulada en tan solo diez días. Se ha pasado de tasas por debajo de 250 casos por cada 100.000 habitantes, a los 827 que se alcanzaban por ejemplo ayer. Un incremento radical que se vive de forma generalizada en el resto de la comunidad autónoma, si bien el consejero expuso que el nivel de penetración en Andalucía de ómicron era del 65%, diez puntos menor que el que presenta hoy Granada.

La noticia positiva es que los estudios que se realizan en la actualidad están concluyendo que la actual cepa es menos peligrosa para la salud. Los cuadros clínicos que provoca son más leves, lo que también podría ser una consecuencia natural del grado de inmunidad que otorgan las vacunas.  El consejero Aguirre ahondó ayer en esta teoría en la rueda de prensa que celebró la Junta tras el consejo de gobierno.

Se valió para ello de los datos de hospitalización, que son muy inferiores a los de otras olas igual de duras respecto al número de contagios. Con tasas similares, en este sexto apretón del virus la presión hospitalaria solo supone el 20% de la que padecía Andalucía en la tercera ola, que precisamente apareció el año pasado después de las navidades. Además, los datos que obran en su poder apuntan que solo una cuarta parte de las personas que están ingresadas por coronavirus son por ómicron, mientras que el resto sigue siendo delta.

Algo que le ayuda a pensar en que esta variante podría acabar trayendo de su mano el final de la pandemia tal y como se conoce y que vendría precedido de cambios en los protocolos de actuación en caso de contagios, rastreos o test.

Independientemente de que la correlación entre infecciones e ingresos esté más debilitada que nunca antes en la pandemia, el gran volumen de casos que se detectan sigue llevando a mucha gente al hospital. No hay más que mirar las tablas estadísticas. La Junta notificó ayer un total de 52 ingresos en un solo día para Granada, lo que no había pasado desde el mes de mayo, cuando se atravesaba lo peor de la cuarta ola.

Esto ha hecho que la ocupación de ayer fuera elevada. Por primera vez en cuatro meses, los hospitales de Granada sumaban entre todos 105 camas ocupadas a causa del coronavirus. Lo que supone 19 pacientes más que el día anterior y 36 más que el lunes. Cifras expansivas que también se observan, aunque en menor medida, en las unidades de cuidados intensivos (UCI). En la provincia hay 15 pacientes críticos por covid, por los dos que había, por ejemplo, a principios de mes, cuando los ingresos estaban sostenidos.

Pero ómicron lo ha cambiado todo. Las vacunas siguen administrándose, tanto a los grupos que no habían sido aún cubiertos, como a aquellos que necesitaban un refuerzo. Pero a pesar de ello, el aumento en la cifra de infecciones está llevando a muchas personas con patologías previas a los hospitales. A ellos, y también a quienes a estas alturas no están vacunados. Ambos colectivos son, prácticamente, los únicos que entran en unos centros que ven con preocupación el crecimiento de un caudal de pacientes que podría comprometerles a partir de enero, que es cuando, en teoría, se vuelve a la normalidad asistencial tras las vacaciones de Navidad.

Pero las malas noticias no vienen solas. La cifra de muertos también se está viendo incrementada en los últimos días. Es una consecuencia lógica de la dinámica que está tomando el resto de indicadores.Pero no por ello deja de sorprender. En las últimas 24 horas se contabilizaron dos nuevos fallecimientos por coronavirus. Desde hace dos semanas el ritmo de muertes ha crecido. De media, está falleciendo al día una persona por covid en la provincia, algo que no sucedía antes de que estallase los contagios de la sexta ola.

Y peor sería si no hubieran vacunas contra el covid, como por ejemplo hace un año, cuando su implantación apenas daba sus primeros pasos. Por poner ejemplos, hace doce meses el promedio de pérdidas humanas por el virus era muy diferente: sin ir más lejos, el pasado 29 de diciembre de 2020 se notificaban 17 muertes por el coronavirus, dato equivalente al acumulado del último mes y medio, de acuerdo a un reciente balance realizado por este diario.