Integración
La odisea de una madre para escolarizar en Granada a su hijo con autismoRocío, maestra y madre, comparte pide más medios a todas las administraciones
Jesús tiene un ADN en el que no existe la mentira. Lo confirma Rocío, su madre. «Los niños con autismo son pura verdad». Maestra de ... profesión, se ha empeñado en explicar a todo aquél que quiera oírla que tratar con personas con TEA, Trastorno del Espectro Autista, solo pasa por comprenderlos. «Su sinceridad es tal que simplemente con conocerlos es muy fácil hacerles la vida sencilla». El problema es que admite proposición en contra. «También es muy fácil de igual forma hacerles la vida muy complicada».
La cuestión es que la escolarización de Jesús en Granada, a sus catorce años de edad, es demasiado complicada. «Es toda una odisea», describe Rocío. Todo iba bien durante la Educación Primaria, que pasó en un aula TEA. «Tuvo muy buenos resultados». Los problemas empezaron cuando pasó al instituto este pasado curso. «La escolarización ha sido deficiente porque Jesús ciertamente tiene problemas conductuales, que se supone que tienen que saber tratar en el aula TEA del instituto», se queja Rocío.
Jesús, de repente, se convirtió en un problema para el instituto, y también para su familia. «Desde el primer momento quisieron que Jesús cambiara la modalidad de escolarización para derivarlo a un colegio especial». Así fue, dejó el instituto en un barrio de Granada y se cambió al colegio San Rafael, en la calle San Juan de Dios.
Antes de llegar a este centro especial, Rocío se apresta a denunciar las malas prácticas padecidas en este instituto. «Nunca pusieron en marcha todas las medidas existentes». Por eso, Jesús ha estado prácticamente todo el curso sin asistir al instituto. «Ha faltado muchísimo, hasta el punto que me he tenido que dar de baja en mi trabajo para cuidarlo», cuenta ahora Rocío quien asegura que lo que le sucede a ella con Jesús es común a las familias con hijos con TEA.
«Conozco infinidad de padres que pasan por dos, tres o cuatro colegios en su etapa escolar por motivos muy similares». Entre ellos, insiste en uno que considera particularmente grave. «Intentan cambiarlos de modalidad para que vayan a colegios de educación especial. Se les invita a irse de mil maneras a los colegios especiales».
Falta de atención
Rocío también quiere denunciar la falta de atención recibida por parte de los responsables de la Consejería de Educación. «Intenté una escolarización extraordinaria porque no iba bien en el instituto y ni siquiera me contestaron». Entonces solicitó una reunión con la inspectora de zona y con el jefe de Ordenación Educativa para contarles el caso. «Tampoco me respondieron».
Rocío se desesperaba. «La delegación de Educación es un búnker para las familias con problemas reales». Ante esta situación, Rocío hace un llamamiento. «Pido que la sociedad se dé cuenta de que las personas con TEAson parte de la vida y tienen que formar parte de esta sociedad como ciudadanos de primer nivel». Al contrario, describe que las posibilidades se reducen. «Los dejan en centros especiales y se considera que no tienen decisiones propias».
Entonces, Rocío se enrabieta. «La sociedad tiene que reconocer que son ciudadanos de primer nivel. Además, no tienen que ofrecer solamente oportunidades asistenciales. También opciones de futuro que incluyan salidas laborales. Exactamente igual que los demás». Por eso el horizonte es un gran problema. «Terminan a los 21 años y no tienen salidas de ningún tipo. O van a un centro ocupacional o a un centro de mayores».
Rocío termina con una buena idea para integrar a las personas con TEA: Que sea la sociedad la que se adapte a su hijo Jesús, no que sea Jesús quien se adapte a la sociedad.
«No es que no haya recursos, es que hay más que nunca»
La Consejería de Educación, preguntada por este periódico, explica la situación. «No es que no haya recursos, es que hay más que nunca. Los monitores especialistas en educación especial han crecido en un 50%, el presupuesto para educación especial un 73%, casi 600 millones de euros, con 13.600 profesionales». Respecto a los denominados monitores sombra, aclara que no forman parte de los recursos del sistema educativo. Además, responde que la Consejería pone monitores de apoyo para atender alumnos con necesidades especiales, pero no tiene nada que ver con monitores sombra. «No están dentro de los recursos del sistema educativo, son monitores voluntarios».La Consejería, de hecho, esta negociando un nuevo convenio con las asociaciones y la federación Autismo Andalucía.
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