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Bajo los focos, la batalla judicial de Juana Rivas y Francesco Arcuri no ha cesado en ocho años. La expareja –y ahora también su primogénito– litigan en los tribunales y en los medios de comunicación. La influencia del caso ha provocado una división entre dos ... relatos radicalmente opuestos sobre las desventuras de la familia. Las últimas nuevas que han dado un giro al caso se produjeron en la pasada semana. La granadina, a contrarreloj, logró que un juzgado de la capital pusiera en marcha medidas cautelares que suspendieron el regreso de su hijo menor a Italia, donde reside con su padre.
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La decisión, como todas las que se relacionan con el caso, no ha estado exenta de polémica. Ha creado un conflicto de competencias en los tribunales españoles, mientras en Italia reclaman su jurisdicción. Con la opinión pública en dos bandos y el apoyo del movimiento feminista, que da credibilidad absoluta al relato que traslada la defensa de la madre sobre la relación con el padre, el Gobierno sale a defender «el interés» del menor para «impedir que viva con un maltratador», entre críticas de los jueces por ataques e injerencias en su trabajo. IDEAL desgrana y explica el último asalto de Arcuri y Rivas.
Para entender los hechos hay que remontarse a las vísperas de las vacaciones navideñas. La Corte de Apelación de Cagliari debate a principios de diciembre si debe ordenar la visita del pequeño de 10 años a España, justo después de que el primogénito de la expareja difundiera un vídeo pidiendo ayuda para el benjamín por presunto maltrato de su progenitor.
El 6 de ese mes, el menor comparece ante el tribunal sardo y expresa que se encuentra bien. El niño añade que le gustaría ver a su familia granadina durante las vacaciones, aunque prefiere que sea en Cerdeña. Sin embargo, el tribunal entiende las dificultades económicas y de salud que suponen para Juana Rivas viajar.
Poco después, el 12 de diciembre, la Corte se pronuncia y accede al viaje con unos condicionantes muy estrictos. El menor solo podrá permanecer en España desde el 22 de diciembre hasta principios de enero.
El padre le acompaña desde Italia hasta Madrid en avión, mientras el pequeño, asistido por la tripulación en cabina, emprende en solitario el último vuelo hasta Granada. Aquel día Juana Rivas recibe un mensaje de Arcuri que sus abogados y ella interpretan como una amenaza. El hombre aseguró que estaría en Granada y alrededores y le advierte de que «no maltrate psicológicamente al niño o intervendrá». Asegura que era un farol y volvió a Carloforte, según su defensa.
Rosario de denuncias
La granadina y sus dos hijos se trasladan a Málaga por miedo. El 23 de diciembre ponen la primera denuncia por presuntas amenazas y coacciones en un juzgado de Violencia Sobre la Mujer. Rivas y su hijo mayor solicitan que se suspenda de forma cautelar la guardia y custodia a Arcuri, además de la restitución del menor a Italia. Aunque adjuntan los mensajes de Whatsapp, la jueza no ve indicios suficientes del delito y archiva la denuncia. En los días siguientes, la madre recibe 40 llamadas. El abogado de Rivas lo considera acoso, pero el letrado de Arcuri afirma que la mujer le retira el móvil al menor y todas esas comunicaciones son intentos para hablar con el niño.
Mientras tanto, la defensa de Juana Rivas presenta la misma denuncia por coacciones y amenazas en el juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 el 30 de diciembre en Granada. La magistrada la archiva y el defensor interpone un recurso. De igual forma, se dirige al juzgado de Instancia número 10 para que suspenda el regreso del menor a Italia.
En medio del frenesí de las fiestas navideñas, llega el 2 de enero. En la fecha prevista para el intercambio del menor, la sección civil de la Corte italiana recibe una nota urgente de Rivas con las denuncias por presunto maltrato. La corte se pronuncia y considera que «no hay elementos nuevos que justifiquen una modificación de las disposiciones del tribunal» y exige a la mujer que «inmediatamente» cumpla lo acordado: el niño debe regresar con su padre antes del 8 de enero.
En un escrito anterior a estos hechos de la corte italiana, en poder de este medio, se relatan situaciones similares donde el menor ha asegurado sufrir violencia paterna y después, tras evaluaciones psicológicas, se ha retractado asegurando que las denuncias eran inducidas por su madre y su hermano. La curadora legal del niño y los asuntos sociales italianos tienen contacto frecuente con él. El seguimiento es continuo y, hasta la fecha, no han dado parte de malos tratos. En cambio, la fiscalía italiana investiga una denuncia por malos tratos abierta en 2022 y recientemente ha procesado a Arcuri, según los abogados de Rivas.
El 7 de enero, la defensa de Juana Rivas, Carlos Aránguez, trabajó a contrarreloj para frenar la partida del pequeño. El letrado pide auxilio a la fiscalía, que intercede para que el menor comparezca. El juzgado de Instrucción número 4, en funciones de guardia, recibe al menor. La jueza «ve seria y convincente» su narración y cancela su regreso, previsto a las 7.30 horas de la mañana. El tribunal se inhibe además a favor del juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2. Ministras y el movimiento feminista celebran la suspensión del viaje como un avance. Pero el abogado de Arcuri critica irregularidades en la decisión.
El 10 de enero, la titular del juzgado de violencia de género rechaza su competencia. Considera que es asunto del tribunal que puso en marcha las medidas cautelares y, sobre todo, de la autoridad italiana.
La magistrada recibe ataques públicos del abogado de Rivas. En cambio, la judicatura española sale en defensa de la jueza ante lo que consideran una «campaña mediática» para desprestigiar cualquier decisión que se adopte que no beneficie a la madre de Maracena.
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía admite «un posible conflicto de competencias» entre juzgados. Por su parte, la Corte de Apelación de Cagliari, que ha manifestado en reiteradas ocasiones su hartazgo por el revuelo mediático, defiende su jurisdicción,
Juicio definitivo
Es en Cagliari donde hay dos procesos abiertos, por la vía penal y civil, para dirimir la custodia del menor y si Francesco Arcuri, padre de los niños, los ha maltratado. Ya le han archivado a Juana Rivas cerca de una decena de denuncias por supuestos malos tratos a los menores por falta de pruebas, alienación y manipulación de los hijos. En España, Arcuri sí fue condenado por conformidad en 2009 por violencia de género. El próximo 17 de enero está previsto que se resuelva definitivamente la custodia del vástago, a la espera de avances en el procedimiento penal. La Corte revisará una sentencia que echó para atrás la Corte Suprema de Casación, el homólogo al Tribunal Supremo español, tras detectar fallos. El juzgado sardo le otorgó al padre la custodia de los menores, en 2018 y en 2022. A los 16 años el mayor expresó el deseo de vivir con su madre y la corte aceptó.
Ahora, todo parece indicar que el asunto caerá en manos de Italia. Los últimos movimientos de Juana Rivas, condenada por sustracción de menores, pueden afectar a su indulto. El caso adquiere relevancia a pocos días de decidir la custodia de un menor dividido entre sus padres.
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