Las obras que acabarán con el 'desierto eléctrico' de Granada empezarán en septiembre
También se avanza ya en la segunda fase de la línea, entre Baza y la Ribina, con el inicio del proceso de expropiaciones
Hace algo más de un año, el 27 de julio de 2018, el Consejo de Ministros dio sus bendiciones para que el norte de Granada ... dejara de ser lo que aún sigue siendo, un 'desierto eléctrico' que impide el desarrollo industrial de una comarca de 45.000 habitantes y que sufre un déficit endémico de inversiones. El Gobierno aprobó que la línea de alta tensión entre Caparacena (Atarfe), Baza y la Ribina (Vera, Almería) figurara como prioritaria en la planificación energética nacional. Aquello fue un hito. Después de una controversia que se prolongó durante años, con fuego cruzado entre el Partido Socialista y el Partido Popular, entre la Junta de Andalucía y el Gobierno central, con implicaciones en las provincias de Granada,Jaén y Almería, arrancaba, ya sí, el procedimiento que ha llevado a que el mes que viene –el día exacto aún está por concretar–, Red Eléctrica de España (REE) empiece las obras del primero de los dos grandes tramos en que se ejecutará esta importante infraestructura eléctrica, los 95 kilómetros que separan Caparacena de Baza.
De hecho, según ha podido saber IDEAL, ya hay técnicos de la empresa adjudicataria inspeccionando a pie de terreno. Los trabajos consistirán básicamente en la cimentación de las torres, el armado de estas estructuras y la implementación del cableado. Si no hay contratiempos, deberían de estar finalizadas para 2021 –siempre se ha hablado de finales de 2020 y principios de 2021–. La segunda fase, entre Baza y la Ribina (82 kilómetros), todavía está en el estadio inicial del proceso administrativo, que se iniciará el lunes con la publicación de las expropiaciones una vez certificada la utilidad pública por parte del Gobierno, al considerarse una obra de interés general. ¿Plazos? Tampoco hay nada concreto, pero a partir de 2021, seguro. El deseo de los ayuntamientos es que unas obras enlacen con las otras sin solución de continuidad.
REE ya liberó el año pasado los recursos económicos para que, en cuanto el Ministerio de Industria otorgara las autorizaciones –algo que ya ocurrió–, se pueda iniciar la erección de los postes y el tendido entre Caparacena y Baza. Estamos hablando de una inversión de 59,5 millones de euros, a los que habrá que sumar los 1,34 millones que valdrá la ampliación de la subestación de Caparacena y lo que cueste la de Baza –incluida inicialmente en la segunda fase, pero que se quiere adosar a la primera para adelantar la operativa de la línea–. En total, más de 61 millones de euros. Se extenderán 122,8 kilómetros de cable, de los que 121,5 serán de doble circuito para tener siempre una alternativa en caso de contingencia. El aislamiento será de vidrio y los apoyos en torres metálicas de celosía de unos cincuenta metros de altura con cimentación en zapatas individuales –la separación entre ellas oscilará entre 300 y 500 metros–. Se verán afectadas las provincias de Granada y Jaén. Concretamente los términos municipales de Baza, Benamaurel, Cortes de Baza, Zújar, Cuevas del Campo, Dehesas de Guadix, Villanueva de las Torres, Pedro Martínez, Alamedilla, Guadahortuna, Domingo Pérez, Píñar, Iznalloz, Deifontes, Albolote, Colomera, Moclín, Pinos Puente, Atarfe y Pozo Alcón (Jaén).
El eje de cuatrocientos kilovoltios Caparacena-Baza-La Ribina tendrá una capacidad para evacuar mil megavatios de renovables. De esos mil, un total de 640 están asignados al tramo que se comenzará dentro de unas semanas, entre Caparacena y Baza. Las dos compañías que se han asignado los derechos de explotación, Capital Energy y Enel, prevén que sus centros de producción eléctrica se empiecen a construir el año que viene, de tal forma que puedan evacuar energía el mismo día que esté disponible la subestación de Baza, que se hará a los pies del monte Jabalcón sobre una superficie de unos 8.000 metros cuadrados. Está prevista una gran planta fotovoltaica de 200 megavatios entre los términos municipales de Baza y Caniles. Los 440 restantes se generarán en trece parque eólicos, de los cuales cinco estarán gestionados por Enel y ocho por Capital. Se colocarán, en total, unos 125 molinos de viento.
Un antes y un después
La línea La Ribina-Baza-Caparacena puede marcar un antes y un después en las dos comarcas del norte provincial, que suponen conjuntamente una tercera parte del territorio de Granada. Un territorio históricamente olvidado y castigado por las políticas inversoras de Junta de Andalucía y Gobierno central. La renta disponible de los ciudadanos de Cúllar, por ejemplo, apenas llega a los 12.700 euros. Estamos hablando de una diferencia de casi diez mil euros respecto a la ciudad de Granada (22.534 euros). Sus datos de despoblamiento son también alarmantes. Los ochos municipios que conforman el territorio bastetano –Baza, Benamaurel, Caniles, Cortes de Baza, Cuevas del Campo, Cúllar, Freila y Zújar, por orden alfabético– sumaban en 2007 un total de 43.015 almas. En el último padrón oficial publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el de 2018, había bajado ya de la barrera psicológica de los 39.000. En once años se han perdido exactamente 4.796 habitantes. La emigración está haciendo estragos y el crecimiento vegetativo, resultado de restar los nacimientos a las defunciones, está cerca de magnitudes negativas. Especialmente preocupante es el caso de Baza. En este periodo de tiempo ha pasado de 22.718 vecinos a 20.519. De seguir con esta progresión tan desfavorable no tardará en bajar de los 20.000.
De ahí la insistencia de todos los alcaldes de que la línea de cuatrocientos kilovoltios dejara de ser una eterna promesa para convertirse en una prometedora realidad. El axioma está claro: sin energía no hay desarrollo. Y el Norte de Granada es un auténtico desierto energético, una situación tan injusta como paradójica debido precisamente a su potencial para las renovables, con un promedio de 2.530 horas de sol anuales y corrientes eólicas de hasta ocho metros por segundo en condiciones atmosféricas normales.
Una gran planta fotovoltaica y 125 molinos de viento en la comarca
Esta infraestructura, que implicará un gasto global de 160 millones de euros, fue objeto de controversia política durante muchos años entre el Partido Popular y el Partido Socialista tras caerse de los proyectos calificados como prioritarios en el Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2015-2020 en el Gobierno de Mariano Rajoy. Finalmente fue incluida en este documento hace treces meses, ya con Pedro Sánchez en la Moncloa. El último hito fue el pasado 4 de octubre, cuando el Boletín Oficial del Estado (BOE) anunció que sometía a información pública la 'Línea aérea de transporte de energía eléctrica de 400 kilovoltios de doble circuito Baza-Caparacena'.
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