Las nuevas pilonas de Granada serán más visibles y seguras para los conductores

Las obras para instalar las nuevas pilonas comenzaron el pasado 31 de julio en la calle Reyes Católicos y terminarán mañana. Luego seguirán los trabajos en Pagés, San Luis y Elvira, que culminarán en septiembre. El cambio forma parte de uno de los contratos para la implantación de la zona de bajas emisiones, adjudicado a finales del año pasado por 432.861 euros, financiados con fondos Next Generation.

Sigue vigente el decreto de alcaldía que en 2017 estableció los horarios de las pilonas de Elvira y Reyes Católicos, las dos que dejaron de funcionar en 2013 al ser sustituidas por cámaras de vigilancia. La orden precisaba que la medida tendría «carácter transitorio», pero la modernización de estos sistemas y la implantación de la zona de bajas emisiones, obligatoria por ley nacional, suponen de facto que las barreras móviles dejen de ser provisionales.

La sustitución de las pilonas de acceso «se llevará a cabo con la intención primordial de evitar cualquier incidente, ya que las nuevas tienen mayor visibilidad y tecnología mucho más avanzada en cuanto a sensores de movimiento y lumínicos», traslada la concejala de Movilidad, Ana Agudo. Entre otras novedades, el punto de identificación de los vehículos -algunos, como los de los residentes y trabajadores, están autorizados- tendrá pantalla táctil y reconocerá las matrículas a través de las cámaras, por lo que los conductores no tendrán que usar tarjeta para bajar la barrera.

Para evitar accidentes, serán más altas (llegan a 75 centímetros) y estarán rodeadas por una luz led de color rojo y bandas reflectantes. Además, si un peatón la pisa mientras se alza, el sistema impedirá la bajada.

Por otro lado, la estructura de hierro será más robusta, tendrá mayor protección al agua, y contará con una carcasa exterior intercambiable. Podrá funcionar alrededor de 4,5 millones de veces sin necesidad de hacer mantenimiento ni cambiar piezas. Tendrá tornillos y llaves antivandalismo. «Otro de los objetivos fundamentales es acabar con las constantes actuaciones de mantenimiento, ya que semanalmente se registraban incidencias y por tanto reparaciones varias», señala Agudo. Era difícil encontrar piezas de sustitución y había problemas con la identificación de las tarjetas de los usuarios.