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Esquina de la calle Elvira con Calderería, donde se aprecian los incumplimientos de las normas por la presencia de mercancías que ocupan la vía pública y las fachadas.

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Esquina de la calle Elvira con Calderería, donde se aprecian los incumplimientos de las normas por la presencia de mercancías que ocupan la vía pública y las fachadas. PEPE MARÍN

Nueva ofensiva contra las mercancías en la vía pública y fachadas de Elvira y Calderería

Medio centenar de negocios del Albaicín se enfrentan a multas de 4.500 euros y 15 comercios ya han sido sancionados

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Jueves, 1 de enero 1970

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Las calles Elvira y Calderería Nueva y Vieja recobrarán su imagen y estilo original, lo que se traduce en que dejarán de tener ese sabor a zoco árabe y serán unas calles iguales a las otras muchas que cruzan la ciudad de Granada y, también, del viejo barrio del Albaicín, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. De esta forma, el decreto de la Concejalía de Urbanismo que dirige el edil Miguel Ángel Fernández Madrid en el que se ordena aplicar las normas del Plan Especial Albaicín a rajatabla, es ya finalmente una realidad.

«Hay otras 67 notificaciones que ya se están revisando para ver si han reaccionado y acondicionado sus locales»

Miguel Ángel Fernández Madrid

A fecha de hoy, setenta negocios han sido notificados de que incumplen las normas urbanísticas. Al principio de este verano pasado llegaron las tres primeras sanciones. Una bodega tradicional y dos restaurantes que sirven todo tipo de comida árabe fueron los tres primeros establecimientos multados por el Ayuntamiento de Granada por incumplir las normas del Pepri Albaicín (Plan Especial de Protección y Reforma Interior).

Los tres locales se encuentran ubicados en la calle Elvira y fueron sancionados tras un largo proceso burocrático administrativo que empezó hace más de una año, en mayo de 2017, cuando el Ayuntamiento anunció la intención de multar en principio con hasta 6.000 euros la ocupación ilegal de la vía pública, calles y plazas, y de las fachadas.

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Obligación de cumplir

Además, «hay otras 67 notificaciones que ya se están revisando para ver si han reaccionado y acondicionado sus locales a las normas del Pepri tras ser notificados», explica el concejal de Urbanismo Miguel Ángel Fernández Madrid. Se trata de 44 notificaciones lanzadas a otros tantos establecimientos en calle Elvira; doce en Calderería Nueva; otros ocho en Calderería Vieja; y tres más en Carrera del Darro.

¿Qué ha sucedido? Que tras las notificaciones, el Ayuntamiento de Granada ha comenzado a comunicar a los dueños de los negocios los expedientes sancionadores, que se traducen en las correspondientes multas por un importe de hasta 4.500 euros. Y, aunque el proceso es lento, «19 locales de calle Elvira están ya apercibidos de sanción, es decir, que tienen la obligación de cumplir con las correcciones y si no las cumplen serán multados con 4.500 euros. De los 19, seis ya tienen expediente sancionador y serán multados».

Asimismo, «de los expedientes firmados en las Caldererías, que son veinte, nueve ya se han convertido en sanciones». Y, paso a paso, «seguiremos hasta cumplimentar todos», termina Miguel Ángel Fernández Madrid, quien resume que «en total, son quince locales más los ya multados».

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Un proceso complejo

Han tenido que pasar casi dos años de trémulos amagos en los que ha habido que consensuar hasta las medidas de los carteles que se podrán lucir, los lugares de su ubicación, los centímetros de superficie y todo lo que tiene que ver con la actual selva de rótulos y banderolas, toldos y toldillas, barras, rejillas, perchas y enganches que llegan a cubrir fachadas y paredes completas de calles tan señeras como Elvira y las Caldererías, la Vieja y la Nueva.

El resultado final, cuando terminen las notificaciones y todo el proceso burocrático de alegaciones y sanciones, dará cumplida respuesta a una de las peticiones clásicas tanto del sector hostelero como de las propias asociaciones de vecinos, que reclaman uniformidad en un barrio histórico, la misma regla de medir para todos, y cumplimiento de las normas por razones obvias de seguridad, como se denuncia habitualmente en las sesiones de la junta municipal del distrito Albaicín.

De momento, el Ayuntamiento de Granada ha comenzado a sancionar a los negocios de la parte baja del Albaicín, lo que afecta directamente a la calle Elvira y las Caldererías, y también a la Carrera del Darro, que además, son las que más densidad de incumplimientos atesoran. Pero, el concejal de Urbanismo Miguel Ángel Fernández Madrid avisa: «Vamos a llegar a lo más alto del Albaicín hasta inspeccionar todos y cada uno de los comercios, tiendas, negocios y alojamientos hosteleros, lo que sucede es que vamos poco a poco».

En efecto, «primero se notifica», continua el concejal Fernández Madrid, «y se explica los incumplimientos que se han detectado». Esta notificación la realiza un técnico municipal acompañado de un agente de la Policía Local.

«Cumplido el plazo, si no se han corregido los incumplimientos, se abre el pertinente expediente sancionador, y aunque todavía hay un periodo de alegaciones por parte del sancionado, al final solo le van a quedar dos opciones, o acatar las nuevas normas y corregir los excesos denunciados;o pagar la multa y a continuación, corregir los excesos y dejar las fachadas con los rótulos y carteles permitidos».

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Un recorrido inexorable

El recorrido desde la primera notificación hasta la sanción final es largo, pero inexorable. En primer lugar el inspector municipal y el agente notifican las irregularidades al titular del negocio, sea el que sea. Se le informa así de que tiene que cumplir el Pepri (Plan Especial)Albaicín. Y tienen el pertinente plazo, que puede ser de hasta dos meses, «dependiendo del número de negocios multados, la complicación de la realización de cada informe y la posterior notificación).

El siguiente paso es cuando el inspector elabora el informe en el que se detallan las irregularidades, «que pueden ir desde la presencia de bolsos en las fachadas a banderolas y rótulos diversos en un mismo negocio», apunta el concejal de Urbanismo. Y añade:«Sobre este informe técnico es con el que se abre el expediente sancionador y se multa a los comercios que no cumplen».

El último paso es el periodo de alegaciones, «pero los informes vienen precedidos de notificaciones, así que la multa está más que justificada y, quiere insistir, además de pagar la multa tendrán que adaptarse a las normas del Pepri y retirar todo lo que se diga en el respectivo informe».

En resumen, corregir los excesos, o hacerse el despistado para finalmente tener que pagar y corregir todos los excesos.

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