Noticias frescas: la playa de Almanjáyar ya está abierta
Las populares piscinas del barrio de la capital empezaron a funcionar con un aforo limitado del 30%, pero este lunes que viene llegarán al 50%
Gabriel García Márquez dio una lección magistral sobre qué es noticia gracias a una anécdota que le ocurrió cuando era periodista y trabajaba en la ... sección de última hora de un diario. Alguien llamó al rotativo en cuestión para comunicar que había fallecido el embajador en Colombia de una país oriental. 'Gabo' concluyó enseguida que no merecía parar las máquinas por ese suceso. Al día siguiente harían un necrológica. Pero antes de colgar el teléfono, su olfato y su curiosidad de reportero le impulsaron a preguntar: «¿De qué murió?».
–«Lo devoró un cocodrilo», respondió su interlocutor.
García Márquez tuvo que rehacer la primera página. Aquello era un 'notición', era un accidente extraordinario, inaudito...
Pues bien, una de las cosas que ha traído la pandemia del coronavirus es que ahora es insólito lo que antes era normal. En otras palabras, prácticamente todo es noticia. Tras dos meses y pico de confinamiento, lo que otrora era cotidiano, consigue sin problemas ser un titular. La vida detenida ha empezado a aprender a andar de nuevo y la sociedad observa el fenómeno con la misma expectación que unos padres miran los primeros pasos de su bebé.
La apertura ayer de las piscinas públicas, y al aire libre, de Almanjáyar fue un buen ejemplo de cómo una rutina puede convertirse en un espectáculo mediático en estos tiempos tan raros del 'bicho'. Cámaras, entrevistas al alcalde, Luis Salvador, en la orilla de la playa del popular y populoso barrio de la capital... «Pili, aquí hay un montón de periodistas grabando. En algún telediario salimos, seguro», avisaba una bañista a una amiga a través del móvil.
Aunque desde las diez de la mañana, dos horas antes de la reapertura de la instalación, había adolescentes en el exterior del recinto guardando cola para entrar, lo cierto es que no hubo demasiada afluencia de público. Los afortunados que estrenaron la temporada no tuvieron problemas de espacio para colocar sus toallas.
También es verdad que el aforo estaba limitado a un 30% de su capacidad total, que es de más de 400 personas. O sea, que podían pasar unos 130 usuarios. «Ya este lunes que viene se aumentará al 50% y habrá sitio para unos 200. Y luego el tiempo lo dirá...», explicaba Rafa, técnico municipal.
Para Yolanda, una de las socorristas, lo importante era que las piscinas de Almanjáyar ya estaban abiertas, un momento que, durante lo más duro del encierro, pensó que nunca llegaría. «Ya creía que este año no se iba a poder venir. Menos mal que se ha podido, porque la gente lo necesita después de todos este tiempo metida en casa. Además, ha empezado dos días antes que el año pasado», se felicitaba.
A su alrededor, todo eran noticias frescas, esto es, esas que antes de la pandemia formaban parte de un paisaje rutinario que parecía inalterable. «¡El agua está fría!», proclamaba un grupo de quinceañeras.
Un poco más allá, dos mozos espigados saltan a la pileta haciendo cabriolas prohibidas y se ganan una bronca. «Veinte minutos fuera del agua y, a la siguiente, a la calle», les advierte Yolanda.
En eso consiste lo que llaman la 'nueva normalidad': en que no ocurra nada del otro jueves. El cupo de hechos inconcebibles ya está más que cubierto.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión