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La saturación de los hospitales ha dejado en evidencia que la provincia de Granada se ve en estos momentos sumergida en una 'sopa' de virus. ... Los grandes protagonistas de este invierno son la gripe A, el virus respiratorio sincitial (VRS) y el norovirus, según los expertos, que advierten que «pueden confundirse inicialmente» y explican la incidencia así como las características propias de cada uno.
Especialista en Medicina Preventiva del hospital Virgen de las Nieves, Silvia Martínez cuenta que estas enfermedades tienen síntomas que se parecen, como cansancio, febrícula o dolor muscular. Sin embargo, la gripe y el VRS son infecciones respiratorias mientras que el norovirus «afecta al estómago, se transmite por contacto y es muy muy infeccioso». «Es la gripe estomacal de toda la vida. El contagio se produce por alimentos o elementos contaminados. Lo bueno es que el tiempo de incubación y desarrollo es muy cortito», comparte.
Se contagian, sobre todo, menores de cuatro años; en especial, menores de uno, y en cuestión de 24 horas suele desaparecer, pero hasta que no da náuseas, vómitos, diarrea o calambres intestinales «cuesta identificarlo». El norovirus es estacional y se transmite con «más facilidad» cuando hace frío. De hecho, la doctora Martínez afirma que ha habido un pico después de Navidad, «pero se ha integrado con la gripe». «Hemos relajado el uso de gel hidroalcohólico y de mascarilla y no hay distancia social, por eso se unifican y se mezclan», apunta.
Aunque no está monitorizado y no tiene vigilancia centinela, cuando hay muchos cuadros se analiza en laboratorio. En este sentido, el especialista en Inmunología y catedrático de la UGR Ignacio Molina señala que «al no ser respiratorio, las posibilidades de controlar el norovirus son muy altas». La «clave» es lavarse bien las manos y mantener la higiene porque «permanece en las superficies bastante tiempo».
«Una vez se contamina el pomo de la puerta y lo tocas, si no te llevas las manos a la boca no pasa nada, pero si después lo haces sin darte cuenta puedes enfermar. El mayor problema es que te puedes deshidratar fácilmente y los mayores, vulnerables, inmunodeficientes, tienen tendencia a eso», dice Molina.
Los granadinos también están sometidos a la gripe, en concreto, tipo A. «Algunos la asocian con la gripe aviar que causó tanta preocupación en 2009, pero hay muchos serotipos», advierte Ignacio Molina. También hay infecciones por gripe B, pero «se notifican menos». En cualquier caso, la incidencia está en niveles equivalentes, según el último boletín, a la de hace dos años, cuando el pico fue en febrero y se mantuvo hasta finales de marzo. «Hubo menos contagios, pero durante más tiempo. Es muy probable que pase lo mismo», opina.
El año pasado a estas alturas, sin embargo, el número de contagios por gripe en la provincia de Granada «era 4 o 5 veces superior», así que «no hay motivo de alarma en este momento». Lo que «sí preocupa» es el aumento de casos de bronquiolitis en menores de 4 años por virus respiratorio sincitial. Más allá de las medidas de prevención que se vienen adoptando desde la pandemia, los expertos piden a los padres que «protejan» a sus hijos y les pongan la vacuna.
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