Noches de agosto en Granada
Agosto, pese al calor, es también un buen mes para enamorarse de Granada. Como cualquier otro. De ella, o en ella. En verano, la ciudad ... ofrece las noches más agradables para pasear por sus calles más bonitas, como la Carrera del Darro o el Paseo de los Tristes. Ni pasada la medianoche deja de haber gente recorriéndolas.
Cristian, de Alhendín, pasea junto a su pareja por el Paseo de los Tristes, «una zona emblemática de Granada y muy fresquita en estos días de calor». «Apetece tomarse un helado y refrescarse; ya que se acaba el verano, habrá que aprovechar antes de que llegue el frío y el invierno a Granada, que sabemos que es muy duro», opina. «Una vez a la semana o cada dos, cuando tenemos un descanso o un rato libre, venimos y paseamos», cuenta la pareja.
Vecinos y turistas
Juande remonta la Carrera del Darro junto a su madre Rosario. «Pasear por aquí es súper agradable. Yo ahora vivo en Madrid, pero cuando vuelvo, lo de coger un helado en Los Italianos y darme una vuelta por aquí es de lo más agradable», subraya Juande. «Ahora vamos a ver la Alhambra a la salida», indica. Rosario presume de que suelen «hacer este paseo porque vivimos aquí en la plaza de Santa Ana, este es nuestro barrio y nos encanta».
Si uno es turista y pasa apenas unos días en Granada, este paseo es una de esas cosas de las que no puede prescindir. Rubén y Yasmine forman una pareja estadounidense que permanece en la ciudad durante dos días como parte de un viaje de dos semanas en España. Es la primera vez de ambos en Europa. Se quedan en un hotel de Carrera del Darro. «Granada es magnífica, hermosa, diferente», enumera ella. «No hay nada parecido», concluye, y apostilla que «el espectáculo de flamenco que acabo de disfrutar en una cueva es algo que me voy a llevar al día de mi muerte». Rubén no puede sino darle la razón calificando a Granada como «excelente».
Son las doce y media de la noche y Ángel y Eli, de Maracena, acaban de iniciar su paseo. «Venimos comentando la tranquilidad que hay a esta hora por estas calles», reflexiona Ángel. «Es un privilegio poder pasear por aquí, venimos de vez en cuando, nos gusta mucho», asegura. Eli afirma que seguirán caminando hasta llegar al Paseo de los Tristes, donde «nos sentaremos mirando a la Alhambra, y así podemos quedarnos un buen rato, durante horas».
No son los únicos. Ni los primeros ni los últimos. Embrujo de Granada en sus noches de verano.
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