Se busca endocrino para poder celebrar el campamento de verano
55 niños diabéticos de toda Andalucía podrían quedarse sin una semana de formación y diversión en torno a su enfermedad porque no consiguen encontrar a un especialista
55 niños diabéticos procedentes de distintas provincias de Andalucía podrían quedarse sin campamento de verano en el Valle del Zalabí (Guadix) por la carencia de ... un endocrino que acompañe a los monitores. Esta propuesta, organizada por el proyecto DiabeTic, pretende que los niños puedan disfrutar del verano a través de distintas actividades formativas vinculadas a la enfermedad que padecen. Sin endocrino a última hora y con todo preparado para la semana del 14 al 21 de julio, ahora mismo se verían abocados a la suspensión por primera vez en veinte años.
Antonio Salinas, uno de los monitores voluntarios de AGRADI y coordinador de los campamentos, se reconoce «en shock». «Es la primera vez que nos pasa algo así. Estamos esperando a algún alma caritativa que se ofrezca porque está todo planificado tras muchos meses de trabajo intenso», admite. Le duele porque él, como la mayoría de los quince monitores que acompañan a los chiquillos, también participó en los campamentos de DiabeTic de niño.
«Como los monitores conocemos la enfermedad, porque somos diabéticos, podemos hacernos cargo de los niños todo el tiempo. Están todas las actividades programadas, con una enfermera experta del PTS poniendo la bomba de insulina. Necesitamos un endocrino que paute las dosis que los niños deben aplicarse antes de cada comida, y ya está», refleja el monitor desesperado.
DiabeTic es un proyecto que pretende aplicar las nuevas tecnologías en el control de la diabetes. Su campamento de verano anual, en unas cuevas a dos kilómetros de Guadix, persigue que los niños «jueguen y se diviertan aprendiendo, sobre todo aprendiendo con actividades de diabetología respecto a la alimentación, por ejemplo, calculando hidratos de carbono, leyendo el etiquetado e incluso elaborando menús de forma ficticia». También se inculcan los beneficios del deporte o las rotaciones.
«La mayor satisfacción es cuando ves a un niño al que al primer día le da miedo pincharsey que al último te llega diciéndote que ya sabe hacerlo, que sabe cuándo tiene que tomarse qué o cómo actuar ante una subida o una bajada», admite el monitor Antonio Salinas. «Les enseñamos a ser autosuficientes pese a que estamos con ellos las 24 horas», recalca.
Entre los profesionales con los que cuenta este campamento de verano en el Valle del Zalabí, con todo planificado a excepción de un endocrino para la semana del 14 al 21 de julio, se encuentran un pediatra voluntario y una nutricionista argentina experta en diabetes que de forma altruista decidió colaborar con ellos. Ahora buscan con desesperación a un endocrino, quien en caso de ofrecerse «tendría la semana libre por parte de la Junta sin perder vacaciones». «Ojalá que lo encontremos y que los chicos no pierdan esta formación tan necesaria en sus vidas», reza Antonio Salinas.
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