Las nieves vestirán a la 'novia' de Granada a principios y finales de año

pájaros, los hormigueros, y, muy especialmente, a 'la novia de Graná' que es como llama familiarmente a Sierra Nevada por aquello de que antes pasaba gran parte del año vestida de blanco. Para ir entrando en materia le pedimos que nos diga qué entiende por cabañuelas que para él son «el arte de hacer un pronóstico abierto realizado con 16 meses de antelación, sin máquinas, solo observando la atmósfera, los animales, e incluso las plantas». También nos interesamos por sus inicios que se remontan a su infancia pues ya entonces iba al campo con adultos «para arrancar lentejas y yeros, o cortar lino o cáñamo con el hocino, y luego barcinar para llevarlo a la era donde escuchaba para dónde iban a inclinar la parva para aventar mejor». Eso sí, recuerda que por entonces «la atmósfera era clara limpia y suave, cosa que ahora la tenemos contaminada debido al tráfico de aviones y de la irresponsabilidad de muchas personas que tiran sus basuras en el campo».

Después su afición por las cabañuelas caería un poco en el olvido hasta que la retomó hace un par de décadas aunque por entonces no las escribía, cosa que ahora sí realiza en un bloc, aclarando que lo hace «para satisfacción de mí mismo». Se lamenta que en Granada son prácticamente una especie en extinción pues que el conozca estaba Felipe, de Güéjar, fallecido hace un mes y su buen amigo y maestro, Antonio Baquero que todos los años ofrece a los lectores de este periódico sus pronósticos mes a mes. Aclara también que duda mucho de aquellas personas que hacen sus predicciones para todo el territorio español, y calcula que sus pronósticos solo son válidos aproximadamente en un radio de unos 100 kilómetros a la redonda. Igualmente duda si lo hacen antes de que finalice el mes de agosto, pues para que sean completas las cabañuelas hay que observar tanto las directas o maestras (del 2 al 13 de agosto tienen lugar las cabañuelas directas, correspondientes de enero a diciembre del año próximo, como las retorneras del 14 al 25 las retorneras, que confirman las primeras pero en sentido inverso, de diciembre a enero, correspondiendo el 1 de agosto al día del juicio universal meteorológico.

Llegado a este punto le pedimos que nos recuerde sus vaticinios para lo que resta de 2022: «Como teníamos pronosticado del año anterior diré que a partir de septiembre hacia adelante será húmedo, las temperaturas bajarán y serán agradables. Luego vendrán nuestras heladas y tendremos nuestra nieve en la Sierra que es la mejor 'novia' que tenemos en Granada. En un año que ha sido muy seco este trimestre va a ser húmedo lo que nos permitirá reponernos un poco y que los pantanos se recuperen algo».

Así mismo, con su cuaderno en la mano y unas hojas sueltas donde ha extraído un resumen escrito con su peculiar caligrafía le solicitamos también que nos adelante, cómo será 2023, según sus observaciones fruto de «muchos días y horas perdidas con alegría»:

Enero será muy húmedo, un mes con heladas y nieve; febrero será muy movido con agua y nieve alternando con heladas; marzo será algo húmedo; abril, un mes más bien seco con buena temperatura y alguna tormenta; mayo será seco y caluroso; junio, será totalmente seco y julio, muy seco con neblinas africanas pues habrá polvo en suspensión; agosto será tormentoso al principio por lo que será algo húmedo, incluso puede haber presencia de granizo; en septiembre, algo húmedo y movido, pudiéndose las primeras nieves en la 'novia de Granada que es nuestra Sierra nevada; octubre será un mes movido pero con muy poca agua, casi seco; noviembre, será algo húmedo y diciembre, muy movido y húmedo con precipitaciones de agua y nieve en la sierra.

«Para decirlo en pocas palabras, 2023 será un año con una primavera algo lluviosa, un verano largo y seco, otoño lluvioso y un invierno bastante húmedo», indica este cabañuelista que ha ido anotando en su cuaderno los aciertos y errores del presente año, calculando que su nivel de aciertos ronda el 80-85 por ciento y ofreciéndose, junto con Antonio Baquero, a enseñar a algún joven que se interese por las cabañuelas para que no se pierda este conocimiento que se ha venido transmitiendo de generación en generación.