'Es Navidad y hay una silla vacía', un taller para superar la muerte
El hospital San Rafaely la Fundación »la Caixa» enseñanen estas fechas tan señaladas a gestionar el duelo por la pérdidade un ser querido
IDEAL
Miércoles, 10 de diciembre 2025, 23:28
'Es Navidad y hay una silla vacía' no es solo el título del taller impartido este miércoles en el hospital San Rafael de la ... Orden de San Juan de Dios con la colaboración de la Fundación »la Caixa», es una realidad que acompaña a muchas personas y que, con la proximidad de las fechas navideñas, se hace más complicada.
Mientras las fiestas de Navidad llegan con luces, belenes y reencuentros llenos de alegría, para las familias que han perdido a un ser querido, pueden ser días difíciles. Con este objetivo, en este taller se habló sobre cómo afrontar estas fechas en tiempo de duelo.
La ponente, Verónica Gea Rodríguez, psicóloga sanitaria del hospital San Rafael, explicó durante hora y media las características del duelo, enseñó a aceptar las emociones y destripó los pasos para superarlo. Se escucharon entonces frases demoledoras. Por ejemplo, «tener miedo a que vuelva a suceder», entendido como una ansiedad anticipatoria. «No quiero estar contenta por si acaso. Yo misma me sorprendo porque no he reventado todavía», compartió una de las asistentas. Porque una de las claves de este taller es la participación de los asistentes.
No fue la única frase que se escuchó. Se analizaron lugares comunes como los siguientes:«No llores, que no le dejarás descansar», «El tiempo lo cura todo», «Es cuestión de tiempo que se te pase». Yaquí, la ponente fue tajante:«En el duelo no hay cosas buenas ni malas para hacer… Hay cosas que nos van a hacer sentir bien y otras que no».
También se explicó la importancia de las emociones. «La emoción es la manera en que nuestro organismo reacciona a la pérdida y por eso nos puede guiar hacia la salida». Verónica Gea Rodríguez profundizó en este punto. «Sea la emoción que sea tenemos que darle salida, que fluya, validarlas. Las emociones no son malas, están ahí para ayudarnos y que el camino sea más fácil. Puede ocurrir que podemos tener explosiones emocionales, es normal, está bien. Hay gente que por su manera de ser es más capaz de llorar, de manifestar la rabia ante la pérdida, y hay gente que se bloquea y aunque quiera, no le sale».
Las recomendaciones
También hubo una serie de recomendaciones. Entre ellas, alimentarse bien y dormir las horas razonables, concederse a sí mismo islas de duelo, «y te pones una serie de risa o vas al teatro te entretienes sin más, sin que te aporte nada». También hay que atenerse a las rutinas y a los tiempos de descanso, para expresar las emociones.
Pero no son las únicas. Asimismo hay que concederse momentos de soledad y recordar momentos vividos juntos, buscar una buena oreja para ser escuchado, evitar tomar grandes decisiones, no inquietarse porque la tristeza vuelva de forma súbita, porque es normal, buscar recursos espirituales o sentimentales como la meditación o la oración y, finalmente, no enredarse en preguntas sin respuesta.
Además de frases, hubo testimonios. Por ejemplo, el de una pareja de ancianos que se conocen en una residencia y comparten vida y habitación. Pero él, fallece. «Entonces, ella se quejaba porque fueron a retirar la ropa de él a los cuatro días». La ponente explicó esta situación. «Hay que asumir un fallecimiento con lentitud, no hay prisa. No hay que sacar la ropa mañana, ni pasado. Se puede sacar dentro de un mes. No hay que precipitarse».
Este ejemplo tocó la fibra de los asistentes y se multiplicó la participación y el diálogo. Una asistente abrió su corazón. «Llevamos dos años de duelo y todavía no hemos sacado del armario la ropa de papá. ¿Eso es bueno o malo? La respuesta de la psicóloga fue contundente:«Eso lo decidís vosotros. Si no te causa malestar y a ti te reconforta, está bien».
–¿Pero para mi madre que ve la ropa todos los días…?
–Entonces igual hay que darle voz a ella para que decida. Escucharla. Y aprender a gestionarlo de otra manera, quizá poco a poco. Y siempre hablando y consensuando. 'Han pasado dos años y está todavía aquí la ropa de papá', es el planteamiento. 'Vamos a hablarlo'. Mientras no cause un desequilibrio emocional, no pasa nada.
Y de repente, la muerte
Ya pasada la hora, la muerte se trató sin fintas. De frente. Un gran aprendizaje. «La muerte no siempre cumple nuestros deseos y planes, frecuentemente es inesperada», explicaba Verónica Gea Rodríguez. Añadía más ideas para superar el trance. «No importa que pensemos que estamos preparados, nunca estamos suficientemente preparados para la muerte de una persona que amamos». Por ello, «es normal y aceptable que a veces nos sintamos liberados, sobre todo después de un proceso de sufrimiento o de enfermedad».
Otro punto fue un análisis de los modelos de duelo, que sirven, precisamente, para aceptar la silla vacía, esa del familiar que ya no está en Nochebuena. Por último, para realizar una práctica como colofón de este taller, sonó la canción de Dani Martín titulada 'Cómo me gustaría contarte', donde se escuchó:«Dónde habré guardado los besos que te quise dar. Qué habré hecho con las veces que te quise abrazar. Quién esconde tus silencios y mis ganas de llorar».
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