El Museo Arqueológico se asoma

Ya dijimos en su día que es una vergüenza que no tengamos un museo arqueológico a la altura de nuestro patrimonio, más todavía con las pretensiones que tienen algunos próceres bocazas de resaltar el valor cultural de nuestra provincia, como principal atractivo turístico. Qué pobre es lo que ofrecemos a los visitantes realmente cultos y qué abundante lo que atrae a los devoradores de tapas gratis, a los solteros bobos que se despiden y otros ejemplos del turismo cutre.

Y en medio de esa desazón nos llega la esperanzadora noticia de que el Museo Arqueológico ofrece una exposición de unas 130 piezas valiosas, en un par de salas habilitadas para la ocasión, que se podrá ver antes de que finalice este mes, como medida paliativa y gesto simbólico.

Es esta una noticia a la vez dulce y amarga. Dulce porque al menos se tiene un gesto con la ciudad y los interesados por la arqueología, que permitirá que se entreabra la puerta de una de nuestras infraestructuras culturales. Amarga, porque pone en evidencia, una vez más, que seguimos en la misma situación que todos estos años: sin museo arqueológico, apenas con una expo, que nos dejará con la miel en los labios. Este 'aperitivo' va a permitir que volvamos a apreciar la alta categoría de los fondos museísticos que contiene, fruto de innumerables investigaciones, muestras de nuestra memoria histórica, de remotos orígenes.

Que nadie venga a decirme que ya estamos otra vez con las quejas granadinas, pero resulta incomprensible que otras ciudades consigan lo que a Granada se le niega. Es probable y tiene antecedentes, que en la causa de este retraso y falta de visión política estén los desencuentros y la falta de diálogo entre administraciones, echándose la culpa las unas a las otras de las incompetencias y la falta de interés, en medio del estupor general. Se han puesto de acuerdo hasta en Cataluña, para gestionar con cabeza el arqueológico de Tarragona y aquí no lo consiguen, ni en esta ni en muchas otras cuestiones. Así no hay quien se tome en serio nuestra presunta categoría de ciudad de la cultura. Como no sea en el siglo que viene...